«El ‘Grexit’ implicaría la bancarrota política de Europa»
Colombiano de nacimiento, Daniel Munevar es una de las personas más cercanas a Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas griego. Junto a él ha seguido desde Atenas el resultado del referéndum y su dimisión.
Los mensajes que llegan desde Europa no son positivos. ¿Estamos más cerca del «Grexit»?
Sí. No por decisión del Gobierno griego, sino por las declaraciones de las instituciones. La posición del Ejecutivo tiene toda la lógica desde el punto de vista estratégico, incluso con el apoyo del FMI para reestructurar la deuda. Es una precondición que hay que incluir en el acuerdo como se dijo en el Eurogrupo de noviembre de 2012 y como fue refrendada por los resultados del referéndum. Las instituciones están demostrando que la flexibilidad y la diversidad no tienen espacio en Europa, donde solo hay un programa, una línea política y económica y cualquier cosa que se salga es de forma sumaria. Es preocupante que Jean Claude Juncker diga que ya hay un escenario previsto de salida del euro.
¿Cómo sería el proceso?
El BCE ha amenazado con cortar la ayuda de emergencia si no hay acuerdo, lo que forzaría a la insolvencia del sistema griego. Los líderes europeos van a presentar una propuesta con una promesa vaga de reestructuración y donde se van a imponer medidas de ajuste todavía más duras que las que fueron presentadas la semana pasada. Si el Gobierno no firma, se escudarían en el artículo 352 de la Constitución europea. Ahí se señala que las instituciones europeas pueden utilizar mecanismos que no están incluidos en los tratados cuando se entiende que son por el mejor interés de todos los miembros. El problema es que requiere el consenso de todos, incluida Grecia. Aquí viene lo preocupante. Estarían dispuestos a usar al BCE para llevar al colapso total de la economía y forzar su salida. Las instituciones europeas se están comportando como una mafia para imponer políticas que ni siquiera tienen refutación desde el punto de vista económico.
¿Qué consecuencias tendría para Grecia y para la zona euro?
Si el «Grexit» implica la bancarrota económica de Grecia, también la bancarrota política de la UE. Mostraría realmente qué tipo de Unión se ha creado, donde son más importantes los bancos que la gente. En términos prácticos parece que el mecanismo sería que, si Grecia no acepta, el BCE retiraría liquidez y los bancos seguirían cerrados.
¿Cuándo podría agotarse el dinero de los bancos?
El BCE, en violación de su mandato, no está garantizando la liquidez. El Gobierno puede pagar pensiones y salarios, el problema sería que la gente no podría acceder a estos recursos. En la medida en que tienes esa mezcla de colapso económico, político y social, le plantearían a Grecia el documento de salida con una ayuda para que el impacto no fuera tan fuerte. Las instituciones estarían dispuestas a infligir un daño económico sin precedentes en tiempos de paz para mostrar qué pasa cuando la gente no sabe qué partido escoger y qué tipo de políticas económicas apoyar.
¿Qué ha ocurrido para que se llegue a esta escalada?
Ambas partes se subestimaron. Las instituciones creyeron que el nuevo Gobierno griego iba a hacer lo mismo que otros. Chipre en 2013 es un ejemplo. No se dieron cuenta de que Atenas se mantendría firme. Por el lado heleno se subestimó el grado de brutalidad, de radicalización y de extremismo político al que están dispuestas a llegar las instituciones para imponer unas políticas económicas inviables y basadas en preceptos claramente ideológicos. Cuando el FMI te da la razón, cuando el pueblo griego te apoya, y aún así el otro lado no cambia, ¿quién está siendo irracional?
Se presenta la marcha del ministro Yanis Varoufakis como una «ofrenda» a los acreedores. ¿Hasta qué punto es cierto?
Es parte del proceso de desinformación de la prensa. Se señala que el problema es que Yanis es un extremista y que por eso las negociaciones no avanzan. En realidad, ha mantenido lo mismo que ha dicho el FMI: sin una reestructuración de la deuda, los objetivos fiscales son tan elevados que en lugar de permitir la recuperación hacen que la economía se contraiga y sea cada vez más difícil hacer frente a esta deuda. Las tensiones fueron porque Yanis nunca se movió de este argumento. Después del referéndum hubo una reunión y Yanis señaló que no estaba dispuesto a firmar un acuerdo que no abordara los problemas de fondo. Tsipras le dijo claramente que las instituciones no estaban dispuestas a sentarse a negociar con él. Esto era una situación complicada, ya que él no podía firmar un documento con el que no estuviera de acuerdo pero, al mismo tiempo, no podía negociarlo.
¿Qué puede evitar el desastre?
Eso me gustaría saber. Aun si el Gobierno hubiera firmado el acuerdo del 25 de junio o si firma el del domingo, nada de esto se solucionaría. Si firma estará sentenciando a muerte a su país. Si no, las instituciones también tienen su plan. No existen alternativas positivas debido a la inflexibilidad y al radicalismo de las instituciones.