«Mi motivación no era encabezar una lista y cuando me lo propusieron no lo vi nada claro: ¿Qué iba a hacer en una lista con gente que considero adversaria política? La gente se lo pregunta legítimamente, pero en el fondo, la vida está llena de contradicciones y se trata de entenderlas y darles respuesta. ‘Separados’ se escribe todo junto y ‘todo junto’ se escribe separado. Las cosas no son siempre lo que parecen y yo encontré la respuesta a la contradicción en el lema de esta candidatura, en la idea de Junts pel Sí. Estoy aquí porque lo vamos a hacer juntos y porque lo vamos a hacer por el Sí, en positivo, sin ir en contra de nadie».
Las palabras del cabeza de lista de la candidatura Junts pel Sí, Raül Romeva, sirvieron ayer de anticipo del tono general que cabe esperarse, por parte de todos los candidatos, durante la campaña electoral que precederá a las elecciones plebiscitarias del 27 de setiembre: un cuarto de razón y tres cuartos de épica.
Romeva pronunció su discurso ayer por la tarde, durante la presentación al público de la candidatura independentista acordada por CDC y ERC con la bendición de las entidades soberanistas. De todos modos, no era el día de los partidos, que se cuidaron mucho de mantener un perfil bajo y dar todo el protagonismo a los representantes de la sociedad civil que encabezarán la lista. Ni el president en funciones y número cuatro de la lista, Artur Mas, ni el líder de ERC y número cinco de la candidatura, Oriol Junqueras, estuvieron presentes en el acto.
Entre los asistentes sí que se pudo ver a los números dos de cada formación, Josep Rull (CDC) y Marta Rovira (ERC), así como al conseller de Presidència, Francesc Homs, pero en el escenario todo el protagonismo fue para los representantes de la sociedad civil, empezando por el propio Romeva, quien en un encendido discurso reivindicó que lo han intentado «todo» antes de llegar hasta aquí, que llevan «cinco años intentando hablar» y que como respuesta solo se han encontrado «multas, leyes y querellas». «No es que no tengamos un Estado propio, es que tenemos todo un Estado en contra», añadió el exeurodiputado de ICV-EUiA, que llamó a no desaprovechar «una oportunidad histórica, quizás única».
Antes que Romeva tomaron la palabra otros protagonistas de la candidatura, como el cabeza de lista en Girona, el cantautor y escritor Lluís Llach, que aseguró que se comprometen «a ganar». También habló la número tres de la lista además de expresidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, quien hizo referencia a la número dos y expresi- denta de la ANC, Carme Forcadell, que no pudo estar presente: «Con Carme hemos compartido el privilegio y la respon- sabilidad de dar cara a la ilusión de mucha gente. Esa ilusión está a punto de hacerse realidad».
Configuración de listas
Oficializada el lunes la convocatoria del 27S, el resto de candidaturas también se afanan en los últimos días en concretar sus ofertas. Es el caso de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), que acudirá por primera vez en solitario a las elecciones con el exconseller de Interior, Ramon Espadaler, como candidato, y con el líder del partido, Josep Antoni Duran i Lleida, cerrando simbólicamente la lista.
También se conoció ayer que la coalición entre Podemos e ICV-EUiA, llamada Catalunya Sí que es Pot, colocará a la economista y activista Àngels Martínez Castells como número dos. En el otro extremo ideológico, pero en la misma bancada nacional, el PP volvió a invitar ayer a Ciutadans y PSC a juntarse.
El barómetro del CIS deja sin recorrido la tercera vía federalista
B.Z.
Los españoles no quieren un Estado con mayor autogobierno para las autonomías, y mucho menos uno que acepte el derecho a independizarse. Así lo asegura al menos, y de forma contundente, el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado ayer. El 38,2% de los encuestados se muestra conforme con el actual grado de autonomía de las CCAA, mientras que un 12,1% apuesta por unas Comunidades con menor grado de autogobierno. La sorpresa, relativa, llega al observar que hasta un 18,2% aboga por suprimir directamente las autonomías. Al otro lado, un 14,6% defiende un mayor grado de autonomía, mientras que tan solo un 9,7% está a favor de reconocer el derecho de una CCAA a independizarse.
En resumidas cuentas, según el CIS, más de un tercio de los españoles quiere quedarse como está y casi otro tercio quiere un Estado todavía más centralista. La demoscopia echa por tierra de esta manera el principal argumento de Podemos y de ICV-EUiA para situarse en contra de la independencia en las elecciones del 27 de setiembre, a las que acudirán unidos en la coalición Catalunya Sí que es Pot. Antes de embarcarse en viajes unilaterales, dicen, es necesario abrir un proceso constituyente para reformar el Estado, dando cabida al derecho a decidir en esa nueva Carta Magna. No parece que sea la prioridad de los españoles.
Repunte de PP y PSOE
El barómetro publicado ayer también ofrece una estimación del voto para las elecciones generales, según el cual el PP obtendría el 28,2% de los votos, mientras que el PSOE en el 24,9%. Según el CIS los representantes del bipartidismo aumentan su distancia frente a las dos formaciones emergentes, Podemos y Ciutadans, que se quedarían con un 15,7% y un 11,1%, respectivamente.