Hubo un tiempo en que era habitual que los estudiantes de FP hicieran sus prácticas en fábricas y talleres, como aprendices, a la sombra de trabajadores ya experimentados. Pasados los años, las empresas han vuelto a reclamar que los estudiantes conozcan de cerca el mundo del trabajo y se fogueen antes de obtener sus titulaciones y dar el salto definitivo al mercado laboral. Como en la FP de toda la vida, los estudiantes actuales también realizan sus prácticas con el torno o la fresadora en los talleres de la escuela, pero el mundo real del trabajo es otra cosa. Todos los sectores implicados (escuelas, empresas, Administración, profesores, alumnos…) son conscientes de ello, de ahí que la fórmula de la FP Dual gane terreno día a día. Con todo, aún es pequeño (uno de cada diez alumnos, aproximadamente) el porcentaje de quienes tienen acceso a la Dual.
La Formación Profesional ha experimentado cambios importantes en los últimos años. De ser estudios de cinco años han pasado a ser de solo dos años, y en la actualidad se oferta como Grado Medio o como Grado Superior. Hasta finales de 2008 el mercado laboral absorbía con facilidad a los titulados de FP, e incluso a aquellos que no habían completado sus estudios, pero con el inicio de la crisis el panorama cambió. La puerta de entrada al mundo laboral quedó casi completamente cerrada para los no titulados y con apenas una rendija para los poseedores de un Grado Medio. Sin embargo, las empresas han seguido demandando estudiantes con Grado Superior completado. Otro cambio notable ha sido el referido a la edad de los estudiantes; si hace diez años la edad media de los estudiantes era de 20 años al terminar sus estudios, ahora son muchos los hombres y mujeres de 30 y 40 años que han vuelto a las aulas con el objetivo de lograr esa titulación imprescindible para acceder –o volver– al mercado laboral.
Joxu Arana, encargado de relaciones con las empresas del instituto Miguel Altuna de Bergara, conoce bien la evolución de la FP en relación al mundo laboral. «Destacaría el hecho de que la relación escuela-empresa es ahora muy estrecha, para beneficio de ambas partes. No es solo que la industria nos pida estudiantes cualificados y se preste a colaborar en su formación, sino que aporta servicios técnicos, asesoramiento… Y nosotros afinamos cada vez más en la formación requerida» indica.
Instituto Miguel Altuna de Bergara. (Gotzon ARANBURU)
Nueva ley
En la actualidad el Gobierno de Lakua tramita una nueva ley de Formación Profesional, y ya ha presentado a los sectores implicados el correspondiente borrador, en general bien recibido. Uno de los mayores retos de la nueva legislación será generalizar la FP Dual, que en la actualidad siguen en torno al 10% de los estudiantes de Hego Euskal Herria, porcentaje que baja hasta menos del 5% en el conjunto del Estado español… y sube hasta el 60% en Alemania. Otro de los objetivos es incrementar el número de alumnos que cursen un tercer año de estudios, el de Especialización, lo que vendría a ser un posgrado en términos universitarios, con la diferencia de que la Especialización está directamente ligada a las necesidades concretas de las empresas. En el caso de Euskal Herria, con un porcentaje muy alto de pymes y micropymes, la necesidad de trabajadores especializados, casi a la carta, es aún mayor, como subraya Joxu Arana. En el caso del instituto Miguel Altuna, exactamente el 20% de los alumnos-as cursan la FP Dual.
Las escuelas lo tienen claro. ¿Y las empresas? Hay de todo. Aquellas que se concentran en sacar la producción diaria y solo contemplan el corto plazo son las menos implicadas, pero las que miran más allá han comprendido que si no invierten y colaboran en la formación de los estudiantes van a tener problemas para disponer de personal cualificado en el medio plazo. «Cualificado» es la palabra clave, porque los tiempos del «no cualificado» ya han pasado en Euskal Herria y nada indica que vayan a volver. Joxu Arana se atreve incluso a poner plazos: «Dentro de diez años está claro que sí, pero es que dentro de solo tres ya va a haber más demanda que oferta de determinados profesionales. De hecho, ahora mismo ya está ocurriendo en sectores concretos. De esto tienen que ser conscientes los jóvenes al elegir los estudios que van a cursar tras la ESO y/o el Bachillerato, especialmente las mujeres, que en gran medida siguen viendo la FP y la industria como un mundo ajeno, cosa que no les ocurre con la Universidad. Y los inmigrantes también van a hacer falta para responder a la demanda de las empresas».
Según datos de Adegi, en el caso concreto de Gipuzkoa en este momento el 30% de los trabajadores del herrialde supera los 50 años de edad, porcentaje que se prevé alcance el 42% en 2029. Al mismo tiempo, según estima el Instituto Nacional de Estadística español, la población total de Hego Euskal Herria se reducirá de 2,8 millones de habitantes de 2014 a 2,69 millones en el periodo citado. La bajada apenas se notará en Araba en Nafarroa, pero sí en Gipuzkoa y sobre todo en Bizkaia. Sin embargo, la disminución sí se notará en todos los herrialdes en lo que se refiere a las personas en edad de trabajar, especialmente en el tramo 30-44 años.
Por la mañana estudiar, por la tarde trabajar
Básicamente, la FP Dual consiste en que el alumno cursa por la mañana sus estudios normales, en la escuela y con el resto de sus compañeros, y por la tarde trabaja entre tres y cuatro horas en una empresa, en tareas relacionadas con el ciclo formativo que está cursando. Es dado de alta en la Seguridad Social y recibe un salario.
Alberto Larrea es el responsable de FP Dual en el instituto Miguel Altuna y deja claro que la Dual no es obligatoria ni adecuada para todos los estudiantes. Ciertamente todos los alumnos tienen que superar un periodo de tres meses de prácticas en una empresa para superar el ciclo, pero los de Dual lo alargan hasta completar un año aproximadamente. «El primer paso –señala Alberto– es sondear a las empresas, ver qué perfil de estudiante les interesa. Luego buscamos en el aula a quien encaje. Y no todo el mundo encaja, porque el Dual exige un esfuerzo extra; en vez de acabar la jornada a las 14:30, cuando terminan las clases, y dedicar la tarde a repasar o hacer deporte, hay que tirar cuatro horas más en el puesto de trabajo. Naturalmente, la jornada vespertina no puede poner en riesgo el rendimiento académico, que está por encima de todo».
En definitiva, para acceder al Dual hay que tener buen expediente académico, saber trabajar en equipo, tener capacidad de enfrentarse a imprevistos, mostrar capacidad de adaptación, ser puntual, responsable… pues todo eso es lo que demandan las empresas, no simplemente un joven con buenas notas. Y lógicamente los profesores aplican esos mismos principios, observados en la escuela, a la hora de elegir los alumnos de Dual. En el caso del Miguel Altuna, el año de trabajo en la empresa comienza en junio, y hasta setiembre el alumno realiza la jornada laboral completa. Desde el inicio de las clases hasta finales de febrero, la jornada de trabajo empieza a las 14:00 y finaliza a las 18:00, con la mañana dedicada a las clases en el instituto. Y desde el final de los exámenes, en marzo, hasta junio, de nuevo vuelve a la jornada completa en la empresa.
Ocurre, sin embargo, que la ley dispone que estos contratos de formación y aprendizaje solo se destinan a estudiantes menores de treinta años. Y, como hemos apuntado más arriba, son muchos en la actualidad los alumnos que superan esa edad. Para estos últimos existe la fórmula de las becas, con prestaciones algo inferiores a los citados contratos, pero en todo caso con cotización a la Seguridad Social.
Josu Aiastui es uno de los estudiantes que cursan la FP Dual. Con 16 años optó por hacer un Grado Medio, pero aprobado este se animó a atacar un Grado Superior de fabricación mecánica, que es lo que hace ahora en la modalidad Dual. En este momento estudia por las mañanas y trabaja por las tardes en la cooperativa Goizper, de Antzuola. «Con 16 años no tenía muchas aspiraciones, pero a medida que he ido madurando me he puesto el listón más alto y ahora estoy muy contento en el Dual, aunque a veces la jornada entera se hace dura» nos dice.
También está en el Dual Ainara Anduaga, que cursa el ciclo de Grado Superior de Administración y Finanzas y realiza su jornada laboral en Ulma Forja de Oñati, donde «estoy viendo de primera mano cómo funciona de verdad una empresa. Espero que esta experiencia me sirva en mi futuro laboral» señala.