A preguntas del fiscal Anticorrupción Pedro Horrach, que durante la instrucción obtuvo la confesión de Tejeiro, el antiguo contable ha ratificado que cuando prestaba servicios de gestión para Aizoon se encargó de la tramitación de las altas y bajas en la Seguridad Social de personas que no prestaban servicios para la empresa de los entonces duques de Palma.
Además de empleados ficticios, algunos de ellos familiares de Urdangarin y de su secretaria, Julita Cuquerella, Aizoon tenía en nómina al personal doméstico de la vivienda familiar en el barrio barcelonés de Pedralbes e incluso a trabajadoras del hogar de la citada secretaria.
La incorporación de falsos empleados tenía como propósito que la empresa de los Urdangarin-Borbón obtuviera beneficios fiscales por el volumen de trabajadores que acumulaba, según sospecha Horrach y ha ratificado el arrepentido, quien ayer explicó que Nóos emitió facturas falsas a la Generalitat Valenciana.
Aizoon llegó a contratar a madres de familia numerosa para conseguir deducciones fiscales extra y justificó como «teletrabajo» la incorporación de personas que vivían fuera de Barcelona, donde Aizoon tenía su sede social en la residencia familiar de los duques.
El excontable de Nóos ya declaró ayer que había entregado a Iñaki Urdangarin y a su socio Diego Torres dinero formalmente destinado a salarios de trabajadores de empresas del grupo que estaban dados de alta pero no prestaban ningún servicio ni cobraban esas nóminas.
«¿Era una forma de ennegrecer el dinero?», le preguntó el fiscal al acusado, que respondió «sí». Relató que emitía cheques al portador para el pago de las nóminas simuladas, extraía el dinero del banco y se lo entregaba en sobres a Torres, su cuñado y titular de la mayoría de esas empresas, y a su socio en el Instituto Nóos, Urdangarin.
De esta misma práctica se habría beneficiado, según Tejeiro, el marido de la infanta Cristina como titular de Aizoon, la empresa que compartía a medias con su esposa, que también tenía en nómina a falsos empleados.