«Vamos a seguir el proceso por vía judicial», ha afirmado el presidente del comité, Josi Álvarez, de CCOO, quien ha asegurado que la asamblea de trabajadores en ningún momento aprobó el expediente sino que dio el visto bueno al convenio.
El periodo de consultas terminó con un «no acuerdo», ha subrayado Álvarez, quien ha criticado a la multinacional por las «nefastas» formas empleadas desde un principio.
Unas maneras que han quedado ahora patentes cuando los despedidos conocieron en la mañana de ayer su situación al ingresarles en el banco el finiquito, y no por la notificación de la empresa, que por la tarde y mediante burofax les ha convocado para mañana en un hotel de Iruñea.
Un procedimiento, ha precisado LAB Pedro Larrea (LAB), que resulta «injustificable desde un punto de visto económico e incomprensible desde un punto de vista humano», ya que la empresa ha actuado de forma «salvaje y cruel».
Para el presidente del comité ha quedado claro que «a TRW no le gustan las reglas, ni judiciales ni éticas», pero en este caso los abogados sindicales se muestran convencidos de que el expediente «se puede echar atrás por incumplimientos» de lo establecido para un despido colectivo.
Notificados ya los 77 despidos planteados por la empresa para marzo, quedan pendientes para el último día de abril otros 24 y para finales de años 22 más, hasta un total de 123, una cifra que «no tiene ninguna justificación» en términos productivos, según David Marcaláin, de CCOO.
Y ha manifestado que «lo que no es ético no es justo y lo que no es justo no puede ser legal», por lo que ha mostrado la confianza de los sindicatos en que ganarán en los tribunales, ya que están decididos a «agotar esta vía» después de que todas las demás no hayan conseguido frenar las intenciones de la multinacional.