El jefe del Estado español, Felipe de Borbón, podría anunciar entre hoy y mañana que disolverá las Cortes y convocará nuevas elecciones para el 26 de junio. Así lo aseguró ayer Alberto Garzón, portavoz de Unidad Popular, tras pasar por Zarzuela dentro de la tercera ronda de contactos para lograr una investidura. El resto de portavoces que comparecieron en el Congreso coinciden con esta visión: la posibilidad de un acuerdo in extremis es ínfima. De este modo, los representantes de Foro Asturias, Nueva Canarias, Coalición Canaria, UPN, Unidad Popular, En Marea y Democracia i Llibertat (el PNV no quiso hacer rueda de prensa) se dedicaron a hablar sobre la reducción del gasto en los comicios, futuros pactos y, de paso, responsabilizar a sus rivales de la nueva cita con las urnas.
Al margen de lo contradictorio que resulta el hecho de que sea una institución no electa pero que subsiste gracias a fondos públicos la que recomiende «abrocharse el cinturón» a los representantes que surgieron a través de las urnas, una cosa es que los partidos compartan en público la idea de reducir el gasto y otra cómo se materializa. UPN, a través de Javier Esparza, abogó por reducir en un 30% el coste y ahorrar 45 millones de euros limitando el mailing y la cartelería, mientras otras formaciones como Coalición Canaria o Nueva Canaria quisieron ubicar la responsabilidad en las grandes fuezas.
No da tiempo a cambiar la ley electoral y reducir el tiempo dedicado a la campaña, que es una idea que dejó caer recientemente Rafael Catalá, ministro español de Justicia. Así que lo que se pone en cuestión son los fondos que se destinan desde el Estado a los partidos. La idea es hacer una carrera hacia las urnas «buena, bonita y barata», algo que suena más a propuesta para autolegitimarse ante unas elecciones en las que se prevé un incremento de la abstención que a planes concretos.
Sobre pactos, Garzón fue el que más énfasis puso en la posibilidad de una alianza entre Podemos y Unidad Popular, que supondría la principal novedad de la repetición electoral. Ambas formaciones tienen hasta el 13 de mayo para presentar una lista conjunta, lo que les da dos semanas para negociar programa y listas. A la espera de lo que diga hoy Pablo Iglesias, secretario general del partido morado, el líder de Izquierda Unida puso como condición el «reconocimiento mutuo» para llegar a un pacto. Consciente de que en casa también tiene reticencias, insistió en que sus siglas estarán en campaña. También abogó por acordar un programa de mínimos y defendió que juntos podrían lograr el sorpasso al PSOE o incluso superar al PP.
Hoy es el turno de los cuatro grandes partidos españoles. Uno tras otro, Albert Rivera, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Mariano Rajoy desfilarán por Zarzuela y se presentarán luego ante los medios. No parece posible que Felipe de Borbón encargue intentarlo a nadie que no tenga los números, lo que implicaría otra investidura fallida.
El líder del PSOE ya avanzó el mensaje que transmitirá al rey español. Contradiciendo lo reiterado en los últimos meses de que unos nuevos comicios serían un «desastre», fuentes del PSOE citadas por Europa Press avanzaron que la cita con las urnas «fortalece al país y a las instituciones». A ver cuántos cambian de argumentario.
El PNV no comparece y Esparza va a Madrid recién reelegido
Siguiendo la tradición, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, eludió ayer la rueda de prensa posterior a la reunión con Felipe de Borbón. Únicamente hizo pública una nota en la que señalaba que el encuentro se había alargado por espacio de 45 minutos. La decisión de los jelkides de no comparecer tras pasar por Zarzuela, que no es una novedad, permitió al portavoz esquivar las preguntas sobre el posible adelanto de las elecciones autonómicas de la CAV. En los últimos tiempos se ha extendido la opción de que Iñigo Urkullu, que es el que tiene la potestad para fijar la fecha de los comicios, podría hacerlas coincidir con las españolas. El lehendakari de Lakua no lo ha descartado.
EH Bildu, como en las dos veces previas, declinó la invitación de la jefatura de Estado, así que la representación vasca se completó con José Javier Esparza, recién reelegido presidente de UPN. No dio sorpresas. Abogó por la «gran coalición» entre PP y PSOE como única alternativa.A.P.