El Gobierno francés ha decidido saltarse la votación parlamentaria para sacar adelante por decreto la controvertida reforma laboral, una de las medidas estrellas del presidente, François Hollande, según informan la agencia AFP y medios locales.
Tras constatar la falta de consenso entre los propios diputados del PS, el Ejecutivo ha dado luz verde al primer ministro, Manuel Valls, para sacar adelante la medida sin la celebración de una votación en el Parlamento.
El recurso a ese instrumento constitucional, según ha dicho Valls ante los diputados, ha sido decidido porque el Ejecutivo está «convencido de que (su reforma laboral) es un buen texto para el país» y ese proyecto de ley debe adoptarse.
La reforma quedará aprobada en la Asamblea Nacional a menos que la oposición introduzca en las 24 horas siguientes una moción de censura, que los diputados conservadores ya han avanzado que van a presentar.
De superar la improbable moción, el texto iría al Senado para una primera lectura en esa cámara y, si hubiera discrepancias, pasaría de nuevo a la Asamblea, donde el Ejecutivo podría servirse de nuevo de ese artículo constitucional, calificado por la oposición de «antidemocrático».
La última vez que el actual Ejecutivo recurrió al artículo 49.3 fue en 2015 con la ley de liberalización económica (más conocida como «ley Macron» por el nombre de su autor, el ministro de Economía, Emmanuel Macron).
Valls ha destacado, en una acalorada sesión parlamentaria del control al Gobierno, que vuelve a hacer uso del mismo instrumento porque «el país debe avanzar», y porque «las relaciones salariales y los derechos de los empleados deben progresar».
«Desde el principio hemos mostrado una voluntad sincera de diálogo (sobre el proyecto de ley), lo hemos enriquecido para encontrar un compromiso. Se han examinado casi 1.000 enmiendas y se han retenido un tercio. Deseamos dar todas las posibilidades a nuestro país», ha añadido la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, que da nombre a ese texto.
Esta controvertida ley del Gobierno del presidente François Hollande ha causado numerosas críticas desde la izquierda francesa, y sindicatos y organizaciones juveniles que dirigen en la calle la protesta contra esa reforma laboral han convocado para el próximo jueves una nueva jornada de movilizaciones.