Los aficionados vascos -al menos una buena parte de ellos- se han citado en frente del Mercedes Benz Arena cerca de una hora antes del partido y, todavía fuera del pabellón, han empezado a animar el ambiente con sus cánticos y su música.
Pese a no haber llegado a la final, lo que estuvo cerca, la fiesta del Baskonia en Berlín continuaba de cara al partido contra el Lokomotiv.
Desde el comienzo del encuentro, los vascos se han hecho oír y ya en el arranque Darius Adams ha dado el primer impulso desde el parquet al anotar los primeros dos puntos del partido
Cada balón robado, cada rebote perdido o ganado podía empezar a marcar la diferencia entre dos equipos que no se regalaban nada.
La lucha entre las aficiones era además mucho más equilibrada que ante el Fenerbahce y esta vez incluso los vascos eran más numerosos. Cada decisión arbitral se silbaba, de un lado, y se aplaudía, del otro.
Casi hacia el final del primer cuarto el Lokomotiv se ha desprendido un poco cuando un triple de Malcom Delaney puso el parcial 16-20 pero en el segundo cuarto la tendencia a la igualdad ha seguido.
El Baskonia ha remontado y ha sacado hasta cinco puntos de ventaja, después el Lokomotiv ha vuellto a empatar otra vez y al final del segundo cuarto el Baskonia estaba arriba 42-40.
Hacia la mitad del tercer cuarto la esquina roja tuvo que ver cómo su equipo de pronto se ha visto superado en la lucha por los rebotes y como el Lokomotiv, encabezado por Delaney, castigaba cada error.
La afición no se ha apagado pero ha tenido que hacer esfuerzo para mantener la fe en ese periodo al acabar por detrás en el marcador con un 53-61.
El equipo ya no respondía y en la tribuna se veían rostros de desconcierto. Ya solo el apoyo musical -tambores, saxofones, trompetas- trataban de encender el ánimo mientras la desventaja seguía aumentando. En los primeros minutos del último cuarto la desventaja ha subido a 53-69.
A falta de medio minuto, la desventaja era de diez puntos, pero ya solo se oía a los aficionados vascos. Al final, alguien que hubiera entrado tarde al pabellón ha podido pensar que el Baskonia había ganado el partido.
No se ha podido -pese al grito de 'sí se puede'- pero ha estado cerca. Más cerca en la semifinal que en el partido por el tercer y cuarto puesto, pero en todo caso el júbilo de la tribuna era un premio por una gran temporada.