El preso gravemente enfermo y natural de Iruñea Josetxo Arizkuren ha sido trasladado desde la prisión de A Lama en Pontevedra (Galiza) a la de Murcia. Etxerat ha denunciado su traslado y ha dado cuenta de la preocupación que ha generado entre sus familiares y allegados por las condiciones de este tipo de conducciones como por los precedentes de asistencia médica sufrida por otros presos vascos en una situación similar de salud.

El organismo de los familiares recuerda que Arizkuren sufre una cardiopatía isquémica severa y que, por ejemplo, la semana pasada tuvo que ser ingresado dos veces en enfermería para recibir oxígeno. Según Etxerat, Arizkuren estaba recibiendo una asistencia médica correcta, por lo que muestra su preocupación al recordar que la prisión de Murcia y situaciones anteriores similares «no permiten confiar en el adecuado tratamiento de su enfermedad». La asociación de familiares recuerda que en su día otro preso encarcelado en Murcia, y diagnosticado de cáncer, tuvo que esperar seis meses hasta que le comunicaron la metástasis detectada en una revisión. Etxerat recuerda que tuvo que permanecer esposado durante las 18 sesiones de quimioterapia que le aplicaron y que su familia tuvo grandes dificultades para poder visitarle tras la intervención quirúrgica. 

Además de los precedentes de la prisión de Murcia, Etxerat denuncia también las condiciones de este tipo de traslados de prisión. Las conducciones de presos se realizan en habitáculos muy reducidos dentro de los furgones, sin espacio para moverse o cambiar de postura y con el añadido de que los viajes se pueden alargar una semana ingresando en prisión intermedias. 

Etxerat aporta un dato más, y es que el traslado aleja a Arizkuren de su compañera, presa también en A Lama. Este cambio de prisión provocará que no puedan acceder a las visitas que tenían entre ellos, además de dificultar las visitas de familiares y allegados comunes, que ahora deberán acudir a dos prisiones diferentes y alejadas cerca de 800 km de Euskal Herria. 

Tras recordar que recientemente se denegó el traslado a una cárcel cercana del también gravemente enfermo Gorka Fraile, Etxerat se pregunta si «son la respuesta de las autoridades» al informe reciente de un grupo de europarlamentarios en el que mostraban su preocupación por los presos enfermos. El organismo de familiares denuncia «el espíritu de venganza» de la dispersión y apela a fuerzas políticas, sociales, sindicales e instituciones a «trabajar conjuntamente en la desactivación de la actual política penitenciaria».