Mientras se agudiza el clima de división y de incertidumbre sobre el futuro de Gran Bretaña tras el resultado del referéndum en el que los británicos optaron por abandonar la Unión Europea, en Escocia –donde el voto por la permanencia superó el 62%– la primera ministra, Nicola Sturgeon, apuntó la posibilidad de bloquear el «Brexit» desde las instituciones escocesas.
Sturgeon ve «difícilmente imaginable» que Londres pueda tomar la decisión de abandonar la UE sin que se pronuncien los parlamentos semiautónoma de Reino Unido y, en ese caso, el Parlamento escocés bloquearía el «Brexit», por interés de Escocia. Sturgeon dibujó así otro escenario con el que Escocia intenta seguir en la UE además del de un nuevo referéndum de independencia.
Sturgeon ya anunció el sábado su intención de aprobar la legislación necesaria para convocar una nueva consulta sobre la independencia que, ahora sería apoyada por cerca del 60% de los escoceses, según la encuesta del “The Sunday Post” elaborada después del referéndum.
«El Reino Unido en el que Escocia votó quedarse en 2014 ya no existe», afirmó ayer la primera ministra.
La idea de veto desde Holyrood (sede del Parlamento), fue cuestionada por el diputado conservador Adam Tomkins, que aseguró no está capacitado para ejercerlo: «Holyrood tiene poder para demostrar su consentimiento o guardar silencio. No es lo mismo que vetar». Pero la Cámara de los Lores ha estimado que el consentimiento del Parlamento escocés podría ser imprescindible para solucionar la tramitación de la salida de la UE en virtud de los acuerdos entre Reino Unido y el bloque europeo que afectan a los escoceses. Más allá de la viabilidad de la propuesta, la idea del veto añade presión a Londres para forzar un nuevo referéndum y muestra la determinación escocesa de permanecer en la UE.
A la vez, se multiplican las maniobras diplomáticas para acelerar la salida del Reino Unido de la UE. La canciller alemana, Angela Merkel, recibe hoy al presiente francés, Fançois Hollande, y al primer ministro italiano, Matteo Renzi, en la que prevén estudiar una iniciativa «para relanzar el proyecto europeo». Merkel también se reunirá con el presiente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que desde mañana preside la que se prevé una de las cumbre europeas más tensas de la historia, con explicaciones del primer ministro británico, David Cameron, sobre el Brexit. El jueves, una cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno, ya sin Gran Bretaña, discutirá las consecuencias de la ruptura. Y a esta crisis está también invitado el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, que ha cambiado su agenda para estar hoy en Bruselas, antes de dirigirse a Londres.
Cascada de dimisiones laboristas contra Corbyn
En paralelo a la batalla por el timón conservador, la guerra en el seno del laborismo arrancó con una cadena de dimisiones consecuencia de las críticas a la gestión de Jeremy Corbyn durante una campaña que no logró movilizar a su electorado. Aunque venerado por las bases, la falta de confianza no solo en un grupo parlamentario que nunca había aceptado su ascenso de buen grado, sino en su propio equipo, ha conducido, una vez confirmado el divorcio de la UE, a una sucesión de hasta nueve renuncias de integrantes del «gobierno en la sombra», que aspiran a forzar la defenestración de Corbyn: las portavoces de Sanidad, Heidi Alexander; Educación, Lucy Powell; de Medioambiente, Kerry McCarthy; Transporte, Lilian Greenwood; para Escocia, Ian Murray; de Justicia, Charles Falconer; para el norte de Irlanda, Vernon Coaker, y las responsables del Tesoro, Seema Malhotra y de Juventud, Gloria de Piero. GARA