NAIZ
Bagnères-de-Louchon

Froome, nuevo líder tras exhibirse en el descenso del Peyresourde

Una exhibición inolvidable de Chris Froome (Sky) en el descenso del Peyresourde le ha permitido al defensor del título ganar la segunda etapa pirenaica disputada entre Pau y Bagnères-de-Luchon, de 184 kilómetros, y convertirse en nuevo líder del Tour. [Página especial sobre el Tour]

Chris Froome, con los brazos en alto al cruzar la línea de meta. (Lionel BONAVENTURE/AFP)
Chris Froome, con los brazos en alto al cruzar la línea de meta. (Lionel BONAVENTURE/AFP)

Froome, de 31 años y doble vencedor del Tour (2013 y 2015), se ha adelantado al grupo de favoritos a pocos metros de la cima del Peyresourde, a 17 de meta, y se ha lanzado a tumba abierta hasta Bagnéres de Luchon haciendo inútil la persecución de sus rivales. Su valentía y clase le han permitido alzar los brazos por sexta vez en el Tour.

El ciclista de origen keniano ha lanzado el primer aviso serio. Su apuesta ha sido rentable, que no definitiva. Ha adelantado en meta por 15 segundos a un grupo comandado por el irlandés Daniel Martin (Etixx) y el mallorquín Joaquim ‘Purito’ Rodríguez (Katusha). Ahí viajaba Nairo Quintana (Movistar), que con la bonificación de Froome ha perdido 23 segundos.

De nuevo la cruz para Alberto Contador, que no ha estado con los favoritos en los últimos kilómetros del Peyresourde y se ha dejado 1.40 minutos.

Golpe de autoridad de Froome, ya líder, con 16 segundos sobre Adam Yates y Purito. Quinto queda Alejandro Valverde a 19 segundos y Nairo Quintana sexto a 23.

De los 4 grandes puertos del menú de la etapa, el primer era «su majestad» el Tourmalet, «mal retorno» en lengua gascona, el símbolo de los Pirineos y de la montaña del Tour desde que Octave Lapize lo estrenó en 1910. Por su pendiente de 17 kilómetros al 7,4% se ha desgranado la primera escapada numerosa del día.

El francés Pinot, picado en su orgullo tras perder 3 minutos la víspera, y el polaco Rafal Majka, «compañero» de Contador en el Tinkoff, quien ha dicho en la salida que en su equipo «hay dos líderes». Ambos se han despegado y han marchado con todo un mundo por delante.

Ambos han coronado la cima, con el corredor francés al frente. Un pequeño regalo para la numerosa afición que lo aclamaba, y otro para él por los 5.000 euros del premio Jacques Goddet, legendario director del Tour.

Entre los favoritos se ha encargado el Sky de mandar en la subida. Un ritmo suficiente para hundir a unos cuantos, como el líder Van Avermaet, Nibali o Alaphilippe, quienes pronto han tirado la toalla. La fuga, que ha aumentado a 3 en el descenso al unirse Tony Martin, estaba controlada a 2 minutos.

En un día tórrido, de maillots abiertos, el esquema se ha mantenido en la Hourquette d'Ancizan (2ª, 8,2 kms al 9,9 %). Los Mikel, Landa y Nieve, infatigables, han tirado del jefe Chris Froome, relajado, en espera de acontecimientos, con el Movistar atento. En la cima el retraso se ha reducido a 1.24 minutos.

El espejismo se ha esfumado en Val Louron (11 kms al 6,8), puerto donde Indurain cimentó su primer Tour en 1991. Pinot, Majka y Martin se han diluido como azucarillos ante el impulso del Movistar, con Oliveira e Izagirre de locomotoras, y aún del Sky, que aún se ha exhibido para traspasar la cima con Poels y el propio Froome al frente, «picados» para evitar que Majka pasara primero.

Incansable la escuadra británica, con cinco hombres y batuta en mano en el ascenso al Peyresourde (1ª,7,1 kms al 7,8%), último obstáculo con el tope a 16 de meta. Tranquilidad hasta que ha empezado el concurso de pruebas. A un cambio de ritmo del colombiano Henao (Sky) le ha seguido otro de Froome.

Luego ha lanzado su carta Quintana. Selección de 10 corredores en la cima con Froome, con chispa, al frente. Contador, descolgado, ha cruzado a 33 segundos, por detrás del checo Kreuziger, quizás nuevo líder el Tinkoff.

No había acabado la exhibición de Froome, empeñado en sacar tajada. Esta vez no ha atacado subiendo. Ha atacado, ¡bajando! el Peyresourde. Sentado en la barra, jugándose el pellejo, el defensor del título se ha largado. Imágenes inéditas, volcado sobre la barra de su bicicleta, a tumba abierta.

Froome, en modo contrarreloj, a 90 por hora, se ha dejado el alma en la emboscada. Nada ni nadie ha podido detenerlo. Ahora sin molinillo, a pleno desarrollo, ha ofrecido una exhibición inolvidable. Impotente, Quintana, se ha limitado a rodar junto a Aru, Porte y otros damnificados.

Se esperaba un ataque de Froome, todos estaban atentos a la jornada del domingo en Andorra, pero el británico les ha hecho la trampa del siglo.

Este domingo se disputa la novena etapa entre Vielha Val D'Aran y Andorra Arcalis, la etapa reina de los Pirineos con el primer final en alto de la 103 edición. Los escaladores a escena.