«La CGT está tan atemorizada por la posibilidad de que deje de ser el primer sindicato representativo en el Estado francés que está dispuesta a sacrificar el trabajo de las pequeñas organizaciones sindicales para ascender a costa de sus cadáveres». Con esa contundencia explicaron los representantes de LAB, ayer, en Baiona, el «ataque» contra su sindicato, creado hace más de 15 años para ofrecer una propuesta sindical propia a los trabajadores de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa.
La CFDT está pisando los talones al que en estos momentos es el sindicato con más representación en el conjunto del Estado y es por ello que, cara las elecciones sindicales que se celebrarán del 28 de noviembre al 12 de diciembre en las empresas con menos de 11 empleados, ha optado por la estrategia de eliminar de la carrera electoral a los sindicatos «pequeños».
Así, no solo ha puesto la diana en LAB, sino también en otras organizaciones como el Sindicato Anti Precariedad, CNT e, incluso, contra el corso STC, que es mayoritario en la isla. Para ello ha presentado demandas de anulación en los tribunales de instancia de las regiones en las que están localizados. La que afecta a LAB, en concreto, se verá en el de Burdeos el 28 de julio.
«Ataque a la democracia»
Eñaut Aramendi y Gerónimo Prieto incidieron en que este «nuevo embate para marginar nuestra acción sindical» [ya han tenido conflictos similares antes con la CGT] no solo es un «ataque al derecho a decidir de los trabajadores y a la propia democracia», sino que interviene en un momento en el que, localmente, llevan luchando desde hace meses juntos contra la reforma laboral.
Los representantes de LAB rechazan de plano los argumentos avanzados por la CGT para invalidar sus candidaturas. Estos se basan en lo que aparece en la página web del sindicato abertzale, subrayando, entre otros, que «obligan al bilingüismo y por lo tanto a hablar el euskara», que en dicha página «los estatutos no están escritos en francés», que «los principios que estructuran LAB se inscriben en un marco independentista y, por tanto, claramente contrario a los principios de la República Francesa», «que su acción está exclusivamente dirigida a los trabajadores que residen en el País Vasco»...
Para la CGT, estos criterios son contrarios al Convenio de Derechos Humanos, al Código de Trabajo y a la propia Constitución francesa por «discriminantes», por lo que instan al tribunal a que anule las candidaturas presentadas por el sindicato abertzale.
Aramendi y Prieto manifestaron que «esto es un ataque frontal contra el conjunto de la sociedad vasca» y que la CGT (que declina explicarse hasta que no transcurra el proceso) se ha adentrado «en una batalla inútil y antisocial» ya que LAB ha ganado anteriormente «otros procesos sobre los valores republicanos». «La CGT no nos desviará de nuestro proyecto sindical», añadieron, al tiempo que apelaron a «trabajadores, organizaciones sindicales y agentes socio-económicos, lingüísticos, culturales y políticos» a apoyar el manifiesto que harán público en las próximas semanas.
Solo cinco confederaciones sindicales reconocidas
En 2008 hubo un cambio legal que modificó el estatus de las denominadas «confederaciones históricas» (CGT, CFDT, FO, CFE-CGC, CFTC), cuya preeminencia era criticada por otras organizaciones sindicales. La nueva ley fijó siete criterios de representatividad: el respeto de los valores republicanos, la independencia política, transparencia financiera, existir como mínimo desde dos años antes, influencia caracterizada por la actividad y la experiencia, tener afiliados que coticen y la denominada «audiencia».
Este último es el punto clave de la reforma y se mide en relación a los resultados de las elecciones profesionales (número de delegados en el comité de empresa, superar el 8% de los votos válidos en el ramo y en el conjunto de los resultados electorales interprofesionales). Solo las cinco grandes confederaciones cumplen esos requisitos, por lo que tienen prerrogativas exclusivas en cuanto a medios y a facultad de negociar los convenios colectivos.A.M.