La primera reacción internacional contra el intento de golpe ha sido la de Barack Obama, si bien ha tardado varias horas en producirse. Tras él, ha llegado también el pronunciamiento del Gobierno alemán, que ha instado a respetar el orden democrático en Turquía.

Con antelación, el propio presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha llamado a la población a hacer frente a los golpistas. Ciudadanos turcos se han echado entonces a la calle, animados también, según diferentes fuentes, por los llamamiento realizados desde las mezquitas. Partidos de la oposición se han mostrado contrarios al golpe.

De forma progresiva, los manifestantes han acudido a plazas y también a los centros neurálgicos ocupados por los militares, que han utilizado fuego real. Las imágenes difundidas no indicaban que los disparos se realizaran directamente contra los civiles, no al menos de forma masiva. No se ha evitado, sin embargo, la muerte de, al menos, cinco manifestantes. Una cifra que puede ir en ascenso según se vaya conociendo lo sucedido en los puntos conflictivo.

También se han producido víctimas en los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas leales a Erdogan, que han dispuesto un contraataque.

Al menos 17 agentes de Policía han muerto en una explosión en la sede de la fuerzas especiales del cuerpo en el distrito de Golbasi, en Ankara, uno de los puntos donde se han registrado enfrentamientos durante la intentona golpista, en la que ha sido derribado un helicóptero de los militares rebeldes. Los medios turcos han informado de que un cazabombardero F-16 ha derribado un helicóptero de los rebeldes.

Desde el Gobierno se ha indicado, según la emisora CNNTürk, que la Fuerza Aérea ha intervenido para detener a los golpistas.

La sede de la Dirección de Seguridad en Ankara ha sido atacada al menos en dos ocasiones por disparos de helicópteros y aviones.

Además, la emisora pública TRT ha asegurado que cinco militares golpistas que participaron en la ocupación de su sede han sido neutralizados por un grupo de civiles.

El primer ministro turco, el islamista Binali Yildirim, ha manifestado que algunos de los líderes del golpe de Estado en curso en Turquía han sido arrestados. «Varios golpistas han sido detenidos. La democracia va a ganar», ha dicho el jefe de Gobierno turco, quien ha agregado: «Esta noche Turquía está despierta y en la calle. El pueblo nos ha dado el poder y solo el pueblo nos va a apartar».

Mientras, la emisora CNNTürk ha asegurado que los militares se han retirado del aeropuerto internacional de Estambul mientras que miles de manifestantes contrarios al golpe militar entraban en el edificio. Según las emisoras locales, en el aeropuerto Atatürk de Estambul ya no quedan soldados sino solo civiles.

Llegada de Erdogan al aeropuerto de Estambul

En este contexto, el Servicio de Inteligencia de Turquía (MIT) ha dado por fracasada la intentona golpista que ha vivido el país, aunque ha indicado que aún quedan algunas bolsas de resistencia por parte de los militares rebeldes.

Después de este anuncio, la llegada del Erdogan al aeropuerto internacional de Estambul, procedente de Bodrum, donde se encontraba de vacaciones, debía suponer la certificación del final del intento de golpe. De hecho, el presidente ha regresado a Estambul justo cuando el Gobierno ha anunciado que la asonada ha fracasado y que todos los altos dirigentes del Estado están en posesión de sus cargos.

Sin embargo, la situación sigue siendo aún confusa, pues una fuerte explosión ha sacudido precisamente ese aeropuerto internacional después de que haya aterrizado el presidente turco. Aunque el Gobierno ha asegurado que la situación ya está bajo control, se han registrado otras explosiones en el Parlamento (Ankara) y en la plaza Taksim (Estambul).

Las escenas de rendición se han repetido también en otros puntos simbólicos de esta asonada, como los puentes sobre el río Bósforo en Estambul, tomados durante horas por carros blindados.