El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció ayer la instauración del estado de emergencia durante tres meses para proteger los «valores democráticos» y hacer frente a la amenaza golpista, al considerar que el golpe de Estado en el país «tal vez no haya terminado». «Esta medida no es en absoluto contra la democracia, el estado de derecho y la libertad», indicó.
Tras la reunión del Consejo Nacional de Seguridad, en una entrevista con Al-Jazeera dijo que «otros países podrían estar involucrados» en la fallida asonada del pasado viernes, que se ha saldado ya con la detención de 10.937 personas, indicó. Entre los arrestados, más de 6.000 militares y un centenar de policías, además de jueces y fiscales.
Ante la posibilidad de reintroducir la pena de muerte, abolida en 2004, Erdogan aseguró que si el Parlamento lo aprueba, no dudará en firmar la norma «de forma inmediata». «La decisión no está en mi mano, tiene que tomarla el Parlamento, después del llamamiento del pueblo, que desea que haya pena de muerte», para los golpistas, remachó.
Esta cuestión y las medidas adoptadas han alarmado a la comunidad internacional y varios gobiernos e instituciones han urgido a Ankara a mantener el respeto de la legalidad y la defensa de los derechos humanos.
«Todas las medidas que estamos tomando son legales y no vamos a violar nunca el estado de derecho, pero tampoco vamos a dejar de cumplir con el deber que tenemos de cara al país», declaró Erdogan, quien rechazó las críticas del ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, a las purgas tras la fallida asonada y le aconsejó que «se meta en sus asuntos».
Aseguró también que los dos pilotos que derribaron un caza ruso en la frontera turco-siria hace siete meses están detenidos y se investiga su supuesta pertenencia a la «organización terrorista» del clérigo suní Fetullah Gülen, acusado por el Gobierno turco de estar detrás de la intentona, apoyado por sus seguidores infiltrados en la Administración pública, la Policía, la Judicatura y el Ejército.
Mientras las purgas continúan, dos cazas F-16 turcos lanzaron una operación de búsqueda de dos buques de la guardia costera turca que se hallarían en aguas territoriales de Grecia, según "Hürriyet" y que Erdogan negó. Desde el fallido golpe de Estado del viernes pasado, la Marina turca había informado sobre la ausencia de algunas de sus embarcaciones, que estarían, supuestamente, aún en manos de golpistas.
Ankara ordena el cierre de 626 colegios
El Ministerio turco de Educación decretó el cierre de 626 instituciones educativas, dentro del marco de medidas para depurar la Administración y el sector público de partidarios del fallido golpe de Estado. El cierre afecta a 524 colegios privados y 102 de otro tipo y se justifica en que sus responsables podrían haber cometido «delitos contra el orden constitucional».
Además, se retiró la licencia educativa a 21.683 personas que trabajaban en estos centros, medida avanzada la víspera, y se elevó de 15.200 a 21.738 el número de profesores del Ministerio de Educación suspendidos mientras se investigan sus posibles vínculos con Fethullah Gülen.
Los colegios privados y, sobre todo, las academias privadas de apoyo, que preparan a los alumnos de Secundaria para los exámenes, han sido durante dos décadas el sector con más presencia de seguidores de Gülen e importante fuente de ingresos. GARA