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La plaza de los castillos, de las termas, del trigo, de los duelos, de los toros, de los militares…

Uno de los espacios más conocidos de Iruñea es la plaza del Castillo, que no fue proyectada urbanísticamente y fue surgiendo por las diferentes circunstancias históricas. Este emblemático lugar ha tenido diversos usos a lo largo del tiempo.

La plaza del Castillo, uno de los espacios más emblemáticos de Iruñea.
La plaza del Castillo, uno de los espacios más emblemáticos de Iruñea.

Así, en su superficie de 18.548 metros cuadrados se ha sembrado trigo, se han celebrado duelos, torneos a caballo o a pie, han tenido lugar corridas de toros entre 1385 y 1844 (La casa de los toriles se encontraba en el número 37), se han celebrado Cortes e incluso acogió en una parte de ella el barrio de Zurriburbu y el convento de los padres predicadores. Hasta fue el solar en el que se levantaron unas termas en tiempos de los romanos y cementerio de los musulmanes que se hicieron con el control de la vieja Iruñea allá por el siglo VIII.

Por supuesto, en uno de sus lados, el cercano al hotel La Perla, se construyó un castillo en tiempos de Luis I el Hutin que le dio el nombre por el que es conocida. Aunque su nombre tiene que ver con esa fortaleza, lo cierto es que la plaza contó en su historia con dos castillos.

El segundo fue levantado por Fernando el Católico tras conquistar el reino pirenaico en 1512. El Falsario consideraba que el flanco sur de la ciudad estaba demasiado desguarnecido y levantó el castillo en el que resultó herido Iñigo de Loiola en 1521, durante el tercer intento de recuperación del reino realizado por los Albret.

Ese castillo se mantuvo activo hasta que en 1571, Felipe II decidió levantar la actual Ciudadela. En su construcción se empleó la piedra utilizada en este castillo, de tal manera que para 1592, la fortaleza había desaparecido. En su solar se levantó un convento de las Carmelitas Descalzas, que se mantuvo en pie hasta 1838, cuando fue derribado. En 1840 se edificó en ese espacio el Teatro Principal y en 1843 se acometieron las obras del palacio de Diputación, que quedó concluido en 1847.

En el siglo XVII fue decorada con una fuente de Luis Paret rematada con una estatua de la Beneficiencia o Abundancia, que fue sustituida por un kiosco de madera en 1910, aunque en 1943 se levantó el actual kiosco de piedra.

Ha tenido diferentes nombres, entre ellos, plaza de la Constitución, de la República y Real.
En ella han formado las tropas de Napoleón en 1808, 35.000 soldados tras levantarse el bloqueo carlista en 1875 y 4.000 carlistas en apoyo al golpe de Estado de 1936. Incluso por ella han pasado el tranvía y autobuses.



De calle Abrevadero a Espoz y Mina. La actual calle de Espoz y Mina, entre la plaza del Castillo y lo que era el portal de Tejería, se llamó desde el siglo XVIII hasta el 6 de octubre de 1855 Abrevadero, ya que en ese lugar existía un aska o abrevadero.

A partir de esa fecha, la vía fue nombrada de esa manera en recuerdo del guerrillero y general liberal Francisco Espoz y Mina (1781-1836), nacido en Idozin y que en realidad se apellidaba Espoz Ilundain y que adoptó ese segundo apellido para atraerse a los guerrilleros que combatían a los franceses de Napoleón en el llamado Corso Terrestre de Nafarroa bajo el mando de su sobrino Xavier Mina. Espoz se hizo cargo de esos combatientes una vez que Mina fue hecho prisionero en 1810 y adoptó ese nombre para presentarse como continuador de la labor guerrillera de su familiar.

Más adelante llegó a protagonizar una asonada contra el rey español Fernando VII en 1814 y combatió sin mucho éxito a los carlistas en Euskal Herria y en Catalunya, llegando a ser virrey de Nafarroa entre 1834 y 1836. Está enterrado en el claustro de la catedral de Iruñea.