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Trump pide cerrar heridas y Clinton, darle una oportunidad

Los mensajes de tranquilidad intentaron calmar el impacto del triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU. Trump apeló a la unidad y habló de «cerrar heridas», mientras una dolida Hillary Clinton pedía dar una oportunidad al magnate. Obama pidió unatransición pacífica.

Donald Trump, cuya elección para ser el próximo presidente de Estados Unidos ha levantado una onda de choque por todo el mundo, trató de rebajar el impacto causado por su victoria electoral en su primer discurso ante cientos de partidarios que festejaban el triunfo. Calmado y con un mensaje conciliador, se atuvo a lo esperado en un discurso de presidente electo, alejado del virulento tono de su campaña. Es lo habitual en el rito electoral, en el que el ganador apela a la unidad del país, pero en Trump nada es habitual.

Las formas fueron también respetadas cuando el presidente, Barack Obama, llamó para felicitarle e invitarle hoy a la Casa Blanca para empezar a preparar la transición.

«Me comprometo a ser el presidente de todos los americanos. Ha llegado la hora de que América cure las heridas de la división», prometió Trump.

El empresario logró su victoria al imponerse en la mayoría de los estados clave, en ciertos casos en contra de todas las previsiones, como en Ohio, Florida, Carolina del Norte, Iowa o Pensilvania. Y además, Clinton perdió en otros estados, como Michigan y Wisconsin, en teoría feudos demócratas.

La incertidumbre sobre las consecuencias de la elección afectó a los inversores en los mercados, al igual que las dudas sobre la futura política exterior extendió la preocupación en un buen número de capitales extranjeras. Pero en el país, ha logrado captar la frustración de parte del electorado que vio en Trump, por encima de sus impagos de impuestos y sus ideas machistas, al triunfador que puede solucionar sus problemas y con el que expresar su hartazgo. Y, a pesar de formar parte del sistema, consiguió presentarse como opositor al establishment político, una imagen acentuada por el abandono de parte del liderazgo republicano. «Tenemos un buen programa económico. Vamos a soñar de nuevo con grandes cosas para nuestro país. Nos vamos a poner a trabajar inmediatamente para el pueblo americano», señaló en su alocución.

«Dolerá por mucho tiempo»

Por su parte, Hillary Clinton evidenció la frustración de la derrota al rehusar hablar a sus partidarios el martes por la noche y retrasar hasta ayer a mediodía su primera intervención. Clinton trasmitió en su tono dolido y en sus palabras que ha visto enterradas sus aspiraciones políticas.

La candidata demócrata reconoció que la derrota es «dolorosa, y lo será por mucho tiempo», pero llamó a sus seguidores a dar a Trump una oportunidad de liderar el país. «Donald Trump va a ser nuestro presidente. Le debemos una mente abierta y una oportunidad de liderar», afirmó. Ante miembros de su campaña y simpatizantes, en un hotel de Nueva York, dijo confiar en que Trump sea «un presidente exitoso para todos los estadounidenses».

«Hemos visto que nuestra nación está más dividida de lo que creíamos, pero yo todavía creo en Estados Unidos y siempre lo haré», afirmó Clinton, que animó a los demócratas a seguir trabajando por la agenda que ha defendido durante su campaña. «Esta derrota duele, pero por favor, nunca dejéis de creer que luchar por lo correcto merece la pena», señaló. Y se dirigió especialmente a las mujeres, especialmente a las jóvenes. «Y a todas las niñas que están viendo esto: nunca dudéis de que sois valiosas y poderosas y de que merecéis cada oportunidad en el mundo para perseguir y hacer realidad vuestros sueños». En el mismo sentido, lamentó que «todavía no hemos roto el techo de cristal más alto y más duro. Pero algún día alguien lo hará. Con suerte antes de lo que creemos». Clinton animó también a seguir «derribando todas las barreras que frenan a cualquier estadounidense» y defendió que «el sueño americano es suficientemente grande para todos; para la gente de todas las razas y religiones, para hombres y mujeres, para inmigrantes, para personas LGBT y personas con discapacidades. Para todos».

Poco después intervino Barack Obama, que prometió llevar a cabo una «transición pacífica» de poder, pese a las «muy significativas diferencias» que mantiene con Trump, y apeló también a la unidad. «Estamos todos en el mismo equipo. No somos republicanos o demócratas primero, sino americanos primero, patriotas primero y todos queremos lo mejor para nuestro país», subrayó Obama.

«Espero que (Trump) mantenga ese mismo espíritu» durante la transición y en su Presidencia, añadió. A la vez, deseó que su sucesor, del que había afirmado que no está preparado para dirigir el país, tenga éxito en su propósito de unir y liderar a EEUU. Trump ha prometido desmontar pieza por pieza el edificio legislativo construido por el primer presidente negro del país.

Sobre Clinton, aseguró que «no podría estar más orgulloso de ella» y envió también un mensaje a los jóvenes, a los que votaron por primera vez y están «tal vez decepcionados». «No se vuelvan cínicos, no piensen que no pueden marcar la diferencia», les pidió.

Por otra parte, los candidatos ajenos a los dos principales partidos obtuvieron un mayor respaldo que en las elecciones de 2012, aunque igualmente residual. Así, el candidato del Partido Libertario, Gary Johnson, recibió cerca de cuatro millones de votos, un 3% del electorado, mientras que la candidata del Partido Verde, Jill Stein, obtuvo cerca de 1,2 millones. En Utah, el candidato mormón Evan McMullin, llegó a alcanzar un 20% de los votos.