Estaba Joseba Egibar centrado en el apartado socioeconómico, hablando de pobreza, de protección social y poniendo en valor el recorrido del PNV en esta materia (casi con tanto ahínco como reprochaba a la izquierda abertzale haber llegado tarde también a esto –en el imaginario jeltzale la izquierda abertzale debe ser algo así como el Conejo Blanco de Lewis Carroll–) cuando giró la cabeza a levante y se puso a hablar de Nafarroa. Concretamente, afeó a EH Bildu y a Podemos que no hicieran mención del acuerdo que sostiene al Gobierno navarro y que contiene apartados relativos al tema que estaba tratando. Vino a decir que cómo era posible que se identificaran con aquel acuerdo y no reconocieran el camino andado en la CAV, mucho más avanzado, sostuvo. Y como colofón, para redondear el argumento, apostilló que el único elemento común en ambos ejecutivos es el PNV, que algo bueno debe tener, por tanto.
No creo que Egibar buscara el reconocimiento de sus interpelados, algo improbable a estas alturas, pero con esa última frase el portavoz jelkide puso el foco donde quizá menos le convenía. Porque cabe preguntarse, precisamente, por qué el PNV es el único elemento invariable en Lakua y en Iruñea, o formulando la pregunta de otra manera, por qué en Sabin Etxea han descartado de inicio llegar a un acuerdo con sus socios allá, al menos con EH Bildu, que se lo ha propuesto, y han pactado con el partido hermano del PSN. Una formación, la de María Chivite, que hasta ahora no ha dejado pasar la ocasión de cargar contra el Gabinete de Uxue Barkos en comandita con UPN y PP, y que esta semana se ha felicitado por la entente PNV-PSE. ¿Por qué?
No parece que el PSE mantenga posiciones divergentes con el PSN en temas como euskara –cómo olvidar la campaña– o el derecho a decidir, así que otra razón debe haber para que el PNV sea el único elemento común. ¿Sólo la excepcionalidad del anterior régimen navarro? Miedo daría ese argumento, sobre todo mirando a futuro.
Acusó Egibar a la izquierda abertzale de haber estado antes «a otras cosas», pero la cuestión es saber a qué está el PNV ahora. Porque si quiere avanzar en la RGI no parece buen socio quien pactó con el PP endurecer su acceso a ella. Y sobre los derechos de este pueblo, ahí sí, parece que el PNV lleva décadas a otra cosa, mariposa.