Así se ha expresado en una conferencia de prensa posterior al entrenamiento en las instalaciones de Tajonar, en el que ha indicado que en su debut estuvo «súper feliz», ya que gran parte de su familia pudo asistir al partido.

El malagueño ha asegurado que en el encuentro, en el que jugó de inicio y en el que Osasuna cosechó una derrota, se sintió «bastante bien» y «cómodo».

«En ningún momento pasé nervios», ha afirmado el defensa, y ha añadido que los compañeros le acogieron «muy bien desde el primer momento y eso me ha ayudado mucho también a dar lo mejor de mí en el partido».

Al respecto, ha apuntado que durante el partido intentó «ayudar a los compañeros desde atrás, que es más fácil para que ellos intenten cortar la línea de pase».

Ha lamentado la derrota de su equipo en el Nuevo Estadio de Los Cármenes y ha confiado en que en el partido de vuelta, que se disputará en El Sadar, Osasuna, junto «con la afición», estará «fuerte y sacará la eliminatoria adelante».

Para Márquez, procedente del Atlético de Madrid y que se ha incorporado al filial de Osasuna esta campaña, su «sitio» es el Promesas, pese a que el jugador desde la llegada del técnico Joaquín Caparrós  ha estado entrenando con el primer equipo.

«Es un gran halago que el míster cuente conmigo mucho», ha resumido, y ha subrayado que si tiene la «oportunidad en cualquier otro momento», la aprovechará «al máximo» y estaría «súper contento« si compite en un partido de liga.

Márquez se ha definido como un central al que le gusta «mandar desde atrás y dirigir a la gente», «meter intensidad a los partidos y no relajarse», y en este sentido ha apuntado que el técnico le pide que «sume, que lo haga como yo sé», y que «intente jugar cómodo y no me complique».

Del primer equipo, ha señalado que tiene «un gran entrenador, grandes jugadores y de las mejores aficiones que hay», por lo que se ha mostrado convencido de que la situación de Osasuna, con una sola victoria en lo que va de campaña, «va a dar la vuelta seguramente muy pronto».