El edil de Seguridad Ciudadana compareció a petición de EH Bildu, y argumentó que el escrito era solo un borrador que ha sido rectificado. En la misma línea, el director de Seguridad Ciudadana, Iñaki Loizaga, señaló que la instrucción que se envió «por error» a los policías municipales era «el penúltimo borrador», en el que aún no se habían eliminado las referencias al origen de los delincuentes, en lugar del «definitivo». «Fue un error lamentable, no cabe otra que rectificar y pedir disculpas», afirmó.

Las explicaciones de los responsables de Seguridad del Ayuntamiento no concencieron a EH Bildu, Udalberri ni Goazen.

Desde la coalición independentista la edil Izaskun Guarrotxena criticó que «un borrador es un documento a debate, no firmado y sellado. Un error es de ortografía, no la estigmatización de personas». La edil pidió la depuración de responsabilidades y la dimisión del redactor de la orden, a lo que el concejal de Seguridad respondió con un rotundo «no».

En sus excplicaciones sobre el plan para prevenir hurtos conjunto de la Ertzaintza y la Policía municipal en navidades, Del Hierro afirmó que «no me invento los datos, hay un alto porcentaje de delitos que se dan en un determinado grupo de personas, dejémonos de buenismos».

En este sentido, el concejal del PP Oscar Fernández Monroy añadió que «no se amordace a los medios de comunicación. La opinión pública tiene derecho a conocer quién comete los delitos».

Desde Goazen Bilbao, Francisco Samir Ladhou, acusó a los autores del escrito de «tremendamente racistas», mientras Carmen Muñoz, de Udalberri, dijo que «la explicación que nos han dado, sinceramente, no hay quien se la crea».

Para la plataforma Ongi Etorri Errefuxiak «está claro que la presencia en un borrador de una medida así no es fruto de la casualidad». «La sociedad tiene una percepción de que la Policía Municipal no trata igual a toda la gente», valoró OEE, añadiendo que «el trato discriminatorio influye lo que se supone como presunto origen de la persona sospechosa, utilizando para ello criterios raciales que no tenían ni que pasarse por la cabeza de ningún miembro de una corporación democrática».