No será la primera vez, ni tampoco la última, en la que un campeonato menor, en este caso la Copa, reactive a un equipo que pasa por una mala racha. Es lo que persigue Osasuna, y también el Granada, ambos inmersos en el fondo de la clasificación liguera, quienes buscan en el torneo del K.O. un punto de inflexión con el que variar sus erráticas trayectorias de la presente temporada.
Será un duelo de incapacitados, a la vista del rendimiento que han ofrecido hasta ahora, todavía más mermados si cabe por culpa de la plaga de lesiones que afecta a una y otra escuadra. Los anfitriones parten, además, con la desventaja del 1-0 de la ida, un obstáculo que se presenta como insalvable si nos atenemos a las últimas estadísticas goleadoras de los rojillos.
La escuadra navarra todavía no ha ganado en El Sadar –dos empates y seis derrotas–, solo lo ha hecho en Ipurua a lo largo de la campaña y, desde que llegase Joaquín Caparrós al banquillo, sus encuentros se contabilizan por derrotas, con solo una diana a su favor y catorce encajadas. Para hacer frente a tan desolador panorama solo cabe encomendarse a las leyes de la probabilidad matemática, que dicen que cada vez está más cerca acabar con semejante negativa racha. Si el argumento tiene que ser la capacidad futbolística, entonces sí que la suerte está echada para los navarros.
Gélido ambiente
El técnico utrerano ha optado por esconder hasta hoy convocatoria y once –se remitió a posibles problemas físicos de algunos de sus fubolistas– para un partido frío en lo emocional y también en lo climatólogico. Está por ver hasta qué punto el aficionado se decide a bajar a El Sadar para vivir in situ un compromiso tan poco atractivo y si quienes lo hacen lo convierten o no en un plebiscito, caso de que no se dé un resultado positivo.
Jugando a ser adivinos, cabe pensar que a priori formarán dicho equipo titular los menos habituales en los últimos esquemas de Caparrós. Será la oportunidad, en algunos casos la primera, de que gozan unos cuan- tos futbolistas de la primera plantilla para hacerle variar de opinión al preparador andaluz respecto a las piezas que viene utilizando en las jornadas ligueras más recientes.
En lo que se refiere al Granada, será el debut esta temporada del guardameta irundarra Oier Olazabal, mientras que Lucas Alcaraz ensayará con una solución de urgencia para el lateral derecho, lastrado por las lesiones. En ese costado de la zaga nazarí jugará el central Vezo y en el once granadino habrá una combinación de titulares y suplentes.
«Necesitamos romper la dinámica»
Caparrós sabe que necesita un giro radical en clave de resultados para ver prolongado su crédito deportivo. Y cree que la Copa puede ser una buena oportunidad. «Sabemos lo que tenemos que hacer para pasar, que es lo que queremos, ya que necesitamos romper la dinámica. Junto a ello, la Copa es una competición que te da prestigio».
Además del vestuario, también la grada desea una alegría, tan necesitada como está de buenas noticias. «Tenemos que dar la sangre porque estamos en deuda con la afición. Estamos deseosos de hacer un buen partido y brindárselo a ella. Tenemos que salir convencidos de que se puede y de que hay noventa minutos para madurar», arengó.
Interpelado por su particular estado de ánimo ante tantos reveses, Caparrós comentó que «mi obligación es transmitir fortaleza al grupo y lógicamente me preocupan los números, pero a nivel de equipo y club». N.M.