Natxo MATXIN

Sangre rojilla comprometida

Que una familia al completo baje a El Sadar resulta normal, que todos sus componentes sean abonados no es algo tan habitual, pero que, además, sean elegidos como socios compromisarios supone un singular caso de pasión y sangre rojilla comprometida.

Los Markotegi-Álvarez –Nati y Fernando, junto a sus tres hijas, Amaia, Andrea e Iranzu– son un ejemplo único de compromiso osasunista. La inestabilidad institucional de la entidad rojilla tras el descenso a Segunda en 2014 les impulsó a dar el paso. Los cinco se presentaron a las últimas elecciones de socios compromisarios y todos ellos resultaron elegidos. «Los socios somos los dueños del club, pero hasta ese momento habíamos ejercido una actitud pasiva y bastante dejación –señala autocrítica Amaia–, hasta cierto punto éramos en parte responsables de lo que había ocurrido». Vieron necesario poner su granito de arena para que la historia no se repitiese. «Engañaron a todo el mundo y, como tenemos puntos de vista comunes en torno a cómo debe ser el club, pues tomamos la decisión de presentarnos para trabajar por que Osasuna volviese a ser modélico», corrobora Iranzu. «Nos pareció intere- sante tener cinco votos», completa Nati.

Una labor en la que se afanan desde junio pasado, aunque no exenta de cierta decepción, esencialmente por la trayectoria de la actual junta directiva. Para Fernando, sus miembros «carecen de personalidad y preparación para muchos asuntos, en la última asamblea de compromisarios, los socios llevamos mucho mejor preparados los temas que ellos». «Están todavía muy lejos de ganarse nuestra confianza, venimos de donde venimos y tienen que demostrarnos que lo que dicen es verdad, queremos datos que lo corroboren para que no vuelvan a darse situaciones pasadas», apostilla Andrea.

«Ahora somos críticos»

«Las cosas han cambiado, los socios ya no son un florero, ahora somos críticos y queremos estar seguros de todo lo que se nos proponga. Hay mucho camino por recorrer, sobre todo en el tema de la comunicación, sabemos mucho más por twitter que por la vía oficial del club. Además, son muy políticos en el sentido malo del término porque no ofrecen respuestas claras a cuestiones concretas y no nos gustó nada que el presidente ofreciera una imagen de “aquí mandó yo” en la asamblea», se queja Amaia. ¿Variará la actitud de los actuales rectores del club? «No les va a quedar más remedio, el nuevo modelo de socio les exige transparencia y creo que en pequeños aspectos van a cambiar», refleja Iranzu. No consideran que una posible moción de censura encabezada por los exdirectivos Eva Blanco y Juan Ramón Lafón vaya a aportar en positivo. «No son aire fresco y soy de la opinión de que les mueve más el revanchismo personal que el bien de Osasuna», argumenta Nati.

Puestos a repasar la actualidad de la entidad rojilla, tampoco ayuda mucho la situación deportiva. «Somos una familia optimista por naturaleza y, aunque parezca muy difícil, creemos en la salvación. Sí que entendemos que a Martín había que haberle dado un mayor margen de confianza después de todo lo que había conseguido por el club», critica Fernando. «Hay que ser conscientes de dónde venimos, porque hace medio año estuvimos a punto de bajar a Segunda B. Ahora se ha hecho una mala planificación deportiva por priorizar quedarnos en Primera a toda costa y no podemos perder el norte, sobre todo con la filosofía de cantera», sentencia Andrea.