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Un puente que reproduce el que había en el siglo XVIII une frentes amurallados de Iruñea

La unión entre los frentes amurallados de Magdalena-Arrotxapea y Francia ha culminado con la construcción de un puente que reproduce el existente en el siglo XVIII. Esta infraestructura, cuyo coste ha sido de 43.995 euros, ha sido visitada por el alcalde de Iruñea, Joseba Asiron, y los miembros de la comisión y la Gerencia de Urbanismo.

Imagen del puente que une los frentes amurallados de la Magdalena y de Francia. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)
Imagen del puente que une los frentes amurallados de la Magdalena y de Francia. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)

Su ejecución ha estado a cargo de la empresa construcciones Zubillaga sobre un proyecto realizado por personal técnico del Ayuntamiento de Iruñea en colaboración con los arquitectos Marta y Miguel Monreal Vidal.

El puente une el final del camino del Frente de Magdalena con Baluarte del Redín, a través del baluarte bajo de Guadalupe.

Según los planos del ingeniero Antonio Hurtado de 1794, este elemento salvaba la distancia entre el final del camino extramuros al que se sale por la caserna del Labrit -un paso extraoficial de la muralla- y la zona más pegada a la muralla del baluarte bajo, permitiendo que los soldados que se hallaban en los fosos del Portal de Francia, en caso de ataque, pudieran acceder también a esta zona, la más baja del baluarte del Redín.

El diseño responde a un sistema de ‘vigas en vuelo’, único en el recinto amurallado de Iruñea, según el Ayuntamiento que explica que el tablero se tiende sobre una estructura formada por la contraposición de dos elementos que forman una cuadrícula: tres escuadras que se encajan en el lienzo amurallado (sujetos con tornapuntas) y, sobre ellas, vigas colocadas longitudinamente entre los dos estribos del puente.

Todo el elemento está realizado en madera de roble y como remate se ha colocado a lo largo de todo el tendido una barandilla de este material similar al diseñado para la Puerta del Socorro de la Ciudadela y dos pequeñas puertas que servirán para franquear o cerrar el paso a sus extremos.

El puente contribuirá, además, a mejorar la accesibilidad a la parte antigua de la ciudad, desde la entrada del camino de Santiago, conciliando los usos del patrimonio fortificado con el entorno de Arga, zona de interés paisajístico.

Los próximos pasos del Consistorio irían en la línea de actuar sobre la integración paisajística para generar un diálogo fluido entre el recinto fortificado y su entorno.