«Izar mejora, ya se encuentra en planta y esperamos que muy pronto pueda estar con su madre. Sara también está muy bien. Y para adelante». Ese es el mensaje que quiso trasladar ayer desde el hospital de Valencia la abuela de la pequeña, Kontxi Ibarreta, junto con la alegría que les da toda la solidaridad que están recibiendo: «Está siendo increíble».
Ibarreta respondió a la llamada de GARA en pleno traslado de la niña a planta, tras diez días en la UCI después de que fuera acuchillada por su padre. La madre de Izar, Sara Majarenas, presa en Picassent, la ha podido ver hasta ahora durante una hora cada dos días. La última vez la visitó el martes por la noche.
«Ahora está en planta, como una reina, contenta. Es una luchadora tremenda», contaba la amona, que se reconoce «totalmente prendada» de la nieta que en marzo cumplirá tres años. Durante diez días no había podido moverse de la cama, pero nada más terminar la conversación telefónica iban a dar un paseo por los pasillos en la silla de ruedas.
«Ni amatxorekin»
Tal y como indicó Kontxi, su hija Sara «está muy tranquila» sabiendo que la abuela está siempre con la niña y que mejora. «Como dice Sara, estamos interconectadas mentalmente. Eso sí, Izar la echa mucho de menos. Hasta ahora estaba malita, pero ahora no para de decir ‘ni amatxorekin, ni amatxorekin’».
El Ayuntamiento de Donostia informó de que iba a pedir el traslado de la presa de Intxaurrondo a Martutene para poder estar así cerca de su hija, que al cumplir tres años vivirá en Donostia con sus abuelos e irá a la ikastola, «tal y como estaba previsto». La familia no tenía noticia sobre la gestión del Consistorio. Los abogados de Sara tenían previsto acudir hoy a Madrid.
«Yo estoy totalmente centrada aquí, en la salud de Izar», explicaba mientras que la pequeña la interrumpía y entraba en la conversación. «Que se ponga bien y que vuelva con su madre. Y luego a casa, con la amona», decía. Era uno de los pocos momentos en que estaban solas. «Acaban de marcharse dos amigas y están de camino otras dos. Cada dos días vienen dos amigas». Hoy llegará al hospital el aitona, que tenía que trabajar y organizar las cosas. La amona ha cogido un permiso para poder estar junto a Izar.
Agradecimiento enorme
La familia quiere agradecer la solidaridad de la gente: «Está siendo impresionante». Muestra de ello fue la movilización convocada por Sare que tuvo lugar el sábado en Donostia, frente al Ayuntamiento, reuniendo a varios cientos de personas.
El apoyo también les está llegando desde las cárceles. Por ejemplo, los presos de Moulins realizaron un ayuno de 24 horas en solidaridad con Sara e Izar.
La abuela aseguró a GARA que no puede responder a todas las llamadas y mensajes de ánimo que está recibiendo.
La pequeña Izar sufrió graves lesiones pero cada día está mejor. El martes comió muy bien, por sí misma, y además fue capaz de sentarse, dos gestos muy positivos en el proceso de curación de las heridas. «Ahora hay que controlar las pequeñas lesiones que le quedan y le seguirán haciendo ecografías. Pero ya es otra cosa para ella. Está muy contenta con la abuela, y a mí desde luego se me cae la baba con ella. Ha sido un milagro», expresaba Kontxi Ibarreta.