Sara Majarenas será trasladada próximamente desde la cárcel de Picassent hasta el Hospital La Fe de Valencia para poder cuidar a su hija Izar, gravemente herida tras ser acuchillada por su padre. Así lo ordena un auto del titular del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, quien atiende a las recomendaciones de los médicos que atienden a la menor. Por el momento no se sabe cuándo será conducida, pero en principio podría ocurrir esta misma tarde o mañana.
«En atención al informe del Hospital La Fe de Valencia, así como a la no oposición del Ministerio Fiscal, procede ampliar el horario y en consecuencia la estancia de la madre con la menor en el hospital durante las 24 horas hasta la fecha de alta hospitalaria de la menor», argumenta el juez Castro, quien reconoce que «debiendo en virtud de un principio de humanidad permitir que la madre pueda estar el mayor tiempo posible con la menor en atención al interés de esta y su estado de vulnerabilidad, consencuencia de un acontecimiento extraordinario como es el haber sufrido una agresión violenta, circunstancia excepcional que excede de las circunstancias que pudieran derivarse de una enfermedad».
Según consta en el auto, Majarenas tendrá que estar bajo custodia policial (no especifica de qué manera) y el centro médico garantizar «medios logísticos» para que madre e hija puedan estar juntas.
El pasado jueves, el propio titular de Vigilancia Penitenciaria hizo público otro auto por el que ya instaba a la ampliación del horario de visitas de la presa donostiarra, que hasta el fin de semana solo podía ver a Izar una hora cada dos días. Según Castro, el interés de la menor y la necesidad de «no victimizar» más a la madre obligaban a permitir estancias lo más amplias posibles.
El auto no se cumplió. De hecho, la única concesión realizada por la cárcel fue pasar de una hora a dos horas de visita cada dos días. Un cambio muy limitado para la gravedad de la situación pero que, sin embargo, sirvió para que la Sección Tercera de la Audiencia Nacional española denegase la suspensión de la pena de Majarenas, argumentando que se le habían ampliado las visitas.
Por ahora, Majarenas podrá estar con su hija en el hospital hasta que reciba el alta. Luego regresará a prisión. Ha cumplido doce de los trece años a los que fue condenada.