La abogada Jone Goirizelaia ha sido entrevistada esta mañana en ETB1. En declaraciones recogidas por Europa Press se ha referido a la instrucción de la muerte por un pelotazo de la Ertzaintza de Iñigo Cabacas y al juicio por los pagos irregulares por parte de Kutxabank al exdelegado del Gobierno español en la CAV, Mikel Cabieces.
Goirizelaia ha criticado que «no entiendo que en un caso así el fiscal esté presente pero totalmente pasivo, sin hacer nada, sin solicitar nada, sin plantear pruebas. No ha planteado nada en este largo proceso. Han pasado ya casi cinco años desde que sucedió y en todos estos años no ha planteado nada».
«Es más, cuando nosotros hemos planteado algo, se ha mostrado en contra, cuando hemos solicitado cosas, se ha mostrado en contra. Para mi es incomprensible. No lo entiendo, porque el papel del fiscal es, según sus estatutos, todo lo contrario», ha lamentado.
Las declaraciones de Goirizelaia siguen la línea de lo manifestado por Juan Calparsoro cuando era Fiscal Superior del País Vasco, que antes de ser relevado en el cargo, dejó en evidencia ante el Parlamento de Gasteiz sus diferencias con la actitud del fiscal en el «caso Cabacas».
Calparsoro reconoció que tiene una «visión distinta» al de la Fiscalía de Bizkaia y le reclamó que sea más «proactiva» y que «impulse la investigación».
Cabieces
Goirizelaia ejerce también de abogada de la acusación particular en el juicio por los pagos de 240.000 euros por parte de Kutxabank a Mikel Cabieces. Según ha asegurado aunque «rumores hay siempre», todavía desconocen si el juez que instruye el caso va a dictar sentencia en breve. «A nosotros no nos han dicho cuándo va a salir y, desde luego, no sé si está a punto de salir o no. No lo puedo decir porque no lo sé», ha dicho.
En todo caso, ha indicado que espera que la sentencia contemple «las peticiones que hemos planteado en la acusación», ya que, en su opinión, «en el juicio hemos visto desde el inicio cómo fueron las cosas».
«Para mi fue muy significativo lo que planteó Mario Fernández, es decir, que recibió una llamada y que, como consecuencia de esa llamada, decidieron dar un trabajo a una persona, un trabajo entre comillas, porque es verdad que no era un trabajo, pero, como no sé calificar lo que era, no puedo decir qué es lo que era, y llevar todo eso adelante se hizo un tremendo montaje, al margen de todos los procedimientos y sin tener en cuenta a nadie, para, al fin y al cabo, cobrar un dineral, 60.000 euros al año», ha explicado.