Agustín GOIKOETXEA

Los vecinos de Bilbo defienden su papel en el diseño de la ciudad

Bilbo afronta un ambicioso proceso de revisión del Plan General de Ordenación Urbana, en el que las asociaciones vecinales reivindican su protagonismo en la futura ordenación de la ciudad en las próximas décadas. «No es sólo una tarea de los urbanistas», dicen.

Seis meses se ha prolongado el proceso de participación ciudadana impulsado por el Consistorio bilbaino para recoger aportaciones al Avance del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Se trata de actualizar un documento de 1995, que ha ido sufriendo múltiples modificaciones puntuales. Tras dos años de trabajo en los que se sintetizaron estudios previos, y partiendo de un análisis del modelo urbano a lo largo de la historia y del estado de ejecución del anterior PGOU, se ha establecido la estrategia urbana, y se han efectuado propuestas y alternativas de ordenación, tanto desde el punto de vista sectorial como del territorial a través de diferentes ámbitos urbanísticos donde se propone actuar.

El domingo, precisamente, finalizó el proceso de participación ciudadana, bautizado como ‘‘Bilbao Aurrerago!’’, con unos índices de implicación que la propia Federación de Asociaciones Vecinales considera «aceptables». Las AAVV han sido agentes activos en esta fase, proponiendo proyectos y alternativas para «hacer de Bilbao una ciudad cohesionada socialmente y con mayor capacidad de creación de empleo».

«La envergadura de las intervenciones que se plantean desde el Ayuntamiento, y un cierto elitismo de las personas que deben hacer comprender los retos futuros de Bilbao, no facilitan una participación socialmente más activa», lamentan en su reflexión. «En algún caso –advierten–, la actitud de la representación municipal en los foros convocados en los distritos raya con un cierto partidismo, alejado del planteamiento abierto hacia las propuestas que vienen de las organizaciones sociales y de los propios asistentes».

La trama urbana no puede crecer más

No sólo opinan sobre el proceso, sino que entran a analizar el documento elevado a discusión. Defienden, por ejemplo, que Bilbo no puede crecer más. «La ciudad no puede convertirse en un núcleo urbano aún más masificado. Todo lo que aumente en edificabilidad degrada otros factores como la accesibilidad, la reducción en los espacios verdes, la movilidad, el aumento en los tiempos de respuesta a las emergencias sanitarias, de lucha contra el fuego u otras», argumenta Carlos Ruiz, vicepresidente de la Federación.

Explica que hay barrios que están muy lejos de poseer un sistema fácil para acceder desde el centro, pero tampoco desde los barrios a las viviendas y, por la propia composición y antigüedad de la vivienda –con una media de 47 años–, a los propios servicios internos de las mismas. «Estamos hablando de escaleras estrechas, ancho de pasillos, disposición física de las duchas o inodoros», detalla Ruiz, quien defiende que invertir en accesibilidad «dará mayor calidad de vida a las personas que viven en estos barrios. Como contrapartida se ahorrará en la atención sanitaria de las mismas». Desde el movimiento ciudadano estiman que «queda mucho por hacer» para que todas las personas puedan desplazarse con facilidad.

También en el ámbito de la movilidad, insisten en la necesidad de crear una Autoridad Única que coordine los diferentes transportes públicos colectivos, incentivando su uso a través del billete único. Reivindican un sistema de tarificación y un precio único por recorrido, indistintamente de los medios que se utilicen desde el origen hasta el destino. Asimismo, se apuesta por el impulso del uso de la bicicleta, mejorando y extendiendo la red de bidegorris.

Al movimiento vecinal le preocupan las propuestas municipales relacionadas con el medio ambiente. «El Avance del Plan General lleva un poderoso envoltorio ambientalista, sin embargo, en el fondo esconde un desarrollismo alarmante. A pesar de que se propone devolver calificaciones al espacio verde y trabajar en el Anillo Verde, la presión urbanizadora en torno a los espacios rurales sigue aumentando, especialmente sobre Artxanda y Pagasarri», apunta Carlos Rivera. Cita la urbanización que se quiere acometer en el área de Kastrexana, en una superficie «mucho mayor» que la que ocupaban las antiguas plantas de Beyena y Schweppes, para reubicar allí los aparcamientos de Bilbobus y parque móvil municipal, así como talleres; o la prolongación de la Supersur a través del Bolintxu, en Pagasarri. En las laderas de Artxanda, se contempla la ampliación del campus de la Universidad de Deusto, en Ugasko, con una edificabilidad de 42.000 metros cuadrados destinados a edificios docentes ligados a la innovación, zona deportiva y un colegio mayor.

En Artxanda, por cierto, el Avance del PGOU propone una «dinamización de usos» en su área central, «pacificando» la BI-3752, trasladando los aparcamientos centrales a los extremos, fomento de actividades de ocio, además de buscar nuevas utilidades a los edificios de San Roque e Intermutual.

También preocupa cómo se aborda la problemática de la inundabilidad de las orillas del Ibaizabal, apostándose por la colonización y urbanización de las riberas en Bolueta y Zorrotzaurre. «Con la apertura del canal de Deusto y la creación de piscinas en Elorrieta-San Inazio se demuestra la falta de consideración hacia la Ría y su realidad de lodos contaminados», comentan. Las piscinas en el Ibaizabal se proponen en la lámina de agua entre el edificio de Idom y la rotonda de Elorrieta, incluido en el proyecto de urbanización de esa zona como paseo urbano, recuperándose los espacios de la ribera de Elorrieta que ocupan ahora las dependencias de Bilbobus y el servicio de limpieza.

Las AAVV saludan que se apueste por la eliminación del viaducto de Errekalde, pero denuncian que se construirán unos nuevos para completar la Variante Este de Miraflores a Ibarsusi. También hay críticas en Deustua a que se siga pensando en acometer la Variante Alta, entre Ugasko e Ibarrekolanda, en vez de optar por quitar el peaje de los túneles de Artxanda. Los responsables municipales sí plantean proyectos para el espacio que se liberará en Errekalde con el derribo del viaducto de la A-8, tanto en el centro del barrio como en Monte Caramelo.

 

Apuesta por la rehabilitación de viviendas en vez de construir más

La Federación de Asociaciones Vecinales apuesta por la rehabilitación del parque de vivienda sobre la construcción de nueva, partiendo del hecho de que Bilbo dispone de 157.059 viviendas con una media de antigüedad de 47 años que hay que cuidar. «Es un indicador que marca la necesidad de una gran intervención en la rehabilitación como criterio general», apuntan, añadiendo que se viene produciendo un descenso de población y el número de pisos vacíos «es considerable» dejando en evidencia la falta de una planificación real. Además, advierten de «la incapacidad de endeudamiento de las nuevas generaciones» dada la precariedad entre la juventud.

No están de acuerdo con las previsiones del Avance del Plan General en este ámbito, que propone edificar un total de 3.594 viviendas nuevas en Olabeaga, Elorrieta, Ametzola-Errekalde-Irala, Vía Vieja de Lezama, Peñaskal, Betolaza, Altamira, Zurbaran y Punta Zorrotza, al margen de otras promociones privadas. A ellas, habría que sumar las 1.200 que se contemplan en la operación de la estación de Abando, así como las 8.573 en vía de ejecución o proyectadas en Bolueta, Zorrotzaurre y Punta Zorrotza. «Bilbao tiene un suelo saturado, no permite mayor esponjamiento para la construcción de vivienda, cualquier operación en este sentido requiere colonizar nuevos suelos de parque o laderas de los montes», extremo al que se oponen las asociaciones vecinales del Botxo.A.G.

 

La operación de la estación de Abando se recupera con la «excusa» del TAV

LEl Avance del Plan General rescata uno de los proyectos que lleva décadas en el cajón de las instituciones por su falta de viabilidad económica, la operación de la estación de Abando. De la frustrada Intermodal de Michael Wilford y James Stirling de la década de los 90, con la crisis del ladrillo y con una sociedad como Bilbao Ría 2000 moribunda, el Gobierno español y las instituciones vascas reactivan la actuación sobre la playa de vías y terrenos aledaños que suman 102.130 metros cuadrados con la «excusa» de la llegada del TAV al centro de la capital vizcaina. Se aventura a que hasta dentro de diez años, 2027, no llegaría la Alta Velocidad a Abando, aunque más bien parece una declaración de intenciones viendo la complejidad de la propuesta desde el punto de vista técnico, por no profundizar en el financiero.

El Ayuntamiento baraja edificar entre 880 y 1.370 viviendas con un gran parque central de 40.230 metros cuadrados sobre el cajón por donde circularían por el subsuelo los trenes. En la propuesta se apuesta por el mantenimiento de la bóveda de la actual estación y bodegas de la calle Particular del Norte. La gran operación inmobiliaria también tendría aspectos positivos para los vecinos del entorno, ya que se acabaría con la brecha entre el área de San Francisco-Zabala y Abando, al cubrirse la trinchera de Cantalojas. De la operación en su conjunto poco se sabe, al margen de pequeños esbozos de las pretensiones de los responsables institucionales.A.G.