Natxo MATXIN

Ya ni siquiera el vestuario rojillo cree en el milagro

Por mucho que plantilla y cuerpo técnico se hayan empeñado –y seguramente lo seguirán haciendo– en acudir a las matemáticas para mantener viva la llama de la permanencia, lo cierto es que ya ni ellos mismos creen en el milagro. Las declaraciones de Petar Vasiljevic, tras la derrota en el Benito Villamarín, fueron más que esclarecedoras.

«El equipo está prácticamente en Segunda», admitió el preparador balcánico, una realidad que más de uno la había asumido desde hace ya unas cuantas semanas. Que el cambio de imagen y actitud de la escuadra navarra coincidiendo con la llegada al banquillo del serbio no estuviese acompañado de resultados fue la puntilla para las escasas opciones de un conjunto que ha dejado palpable estar varios peldaños por debajo en aspectos futbolísticos básicos para poder competir con garantías al más alto nivel.

En el estadio bético volvió a dejar serias muestras de semejantes carencias: errores defensivos muy graves y falta de puntería de cara al marco contrario. Especialmente lo primero está suponiendo una continuada rémora, materializada en una sangría goleadora que impide por pura lógica que Osasuna se asome siquiera a rozar la posibilidad de sumar lo que sería su segunda victoria de la temporada. Con los encajados en Sevilla, el cuadro rojillo ya acumula nada menos que 67 tantos en contra, superando los 65 que recibió en la 2004-05 y llegando a las cifras de hace 57 años.

Peligroso parón

Y para más inri, al calvario osasunista todavía le quedan un buen número de jornadas que afrontar y ahora mismo toda una semana completa –la plantilla regresará al trabajo mañana en El Sadar– sin que haya competición oficial el fin de semana, con lo que la comedura de tarro colectiva se va a ver seriamente prolongada en el tiempo.

Cabe recordar, además, que ha sido en estos parones ligueros cuando la actual junta directiva ha tomado decisiones drásticas en lo que se refiere al inquilino del banquillo. El presidente, Luis Sabalza, certificó que Vasiljevic sería el entrenador hasta el final de temporada, ocurrise lo que ocurriese, pero ya se sabe que en el fútbol las palabras se las lleva el viento.