La sentencia declara probado que los dos hombres vivían en un mismo domicilio en Iruñea, en dos de cuyas habitaciones instalaron una pequeña plantación para producir marihuana y abastecerse para su propio consumo.
En abril de 2016, tras un aviso de los vecinos por el fuerte olor a marihuana en el rellano, un registro de la Policía española halló en el interior del inmueble 93,4 gramos de cannabis y 4,82 gramos de resina de cannabis, distribuidos en diferentes bolsas, todo ello tasado en 3.846 euros.
Además, uno de los acusados guardaba 3,5 gramos de cocaína, según la sentencia que revela que este joven se encuentra en tratamiento de desintoxicación de cannabis y cocaína.
Queda acreditado que ambos acusados eran consumidores de marihuana, y uno de ellos además de cocaína, que no existen indicios de que se hubieran dedicado a su tráfico, y que concurre un supuesto de acopio para consumo propio.
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