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Entre 1936 y 1939 fueron encarcelados 2.642 navarros por motivos políticos

En tan sólo los tres primeros años de la guerra provocada por la sublevación franquista de 1936 se han localizado 2.642 personas navarras encarceladas bajo la acusación de «delito político», según se ha expuesto este lunes en una charla en el Parlamento navarro.

Los ponentes junto a la presidente de la Cámara, Ainhoa Aznárez. (Parlamento de Nafarroa)
Los ponentes junto a la presidente de la Cámara, Ainhoa Aznárez. (Parlamento de Nafarroa)

El Parlamento foral ha acogido la charla «Prisión y delito político en Navarra durante la guerra civil», ofrecida por Nerea Pérez Ibarrola, Gotzon Garmendia Amutxastegi y Emilio Majuelo Gil, historiadores e investigadores del Fondo Documental para la Memoria Histórica. Este organismo se creó en 2009 de la mano del propio Parlamento con el fin de investigar la represión en Nafarroa a partir del golpe de estado de julio de 1936 hasta la muerte del dictador Francisco Franco.

La presidenta del Parlamento, Ainhoa Aznárez, ha presentado la charla destacando el gran trabajo que a lo largo de estos años ha venido realizando este organismo, «un trabajo minucioso y arduo», ha señalado.

Emilio Majuelo ha señalado que a lo largo de 2016 se ha recogido muchísima información y datos, que posteriormente han explicado minuciosamente tanto Nerea Pérez Ibarrola como Gotzon Garmendia. «Los datos son abrumadores; sabíamos mucho de los asesinados, de los presos, que había mucha gente, pero conforme vamos recogiendo esos datos vamos viendo que había miles».

Además de las 2.642 personas navarra encarceladas bajo la acusación de delito político, «había muchas otras personas encarceladas por estos delitos de otras regiones», ha informado Gotzon Garmendia. Así, ha aportado el dato de que en el presidio del monte Ezkaba, por ejemplo, hubo 90 navarros encarcelados, «pero otros miles de otros lugares del Estado».

Según ha explicado Majuelo, «lo que se hizo jurídicamente fue retorcer todos los criterios jurídicos vigentes y democráticos del año 1931. Esto explica –ha precisado–, que lo que antes era una simple reivindicación se convierta en antecedente político, y como consecuencia ser acusado de delito político nuevo, que en muchos casos es imaginario; la mayoría de la gente no tuvo juicio».

A esto habría que añadir «la violencia sufrida por la ciudadanía que no fue apresada pero sí represaliada», ha añadido Majuelo, como la violencia de género, cultural, de exilio y multas.

La principal causa por la que se les acusaba, según ha expuesto, era «adhesión a la rebelión, inducción y/o apoyo». Además, ha recordado que el propio cómplice del dictador, su cuñado Ignacio Serrano Suñer, a quien definió como «el ministro más nazi que hubo en esa época», ya apuntó en sus memorias que se había aplicado la justicia al revés: «Los que éramos insurrectos nos considerábamos los detentadores de la legalidad, y quienes la habían defendido pasaron a ser todo lo contrario». Majuelo se preguntó «por qué lo dijo Serrano Suñer en el 73 y no antes».

Gotzon Garmendia ha explicado que los datos son aún provisionales porque hay mucho que seguir investigando, y ha remarcado que «es fundamental escribir y estudiar esta historia con precisión y con método, porque si no se puede perder».