El preso Oier Gómez Mielgo aguarda hoy desde la cama que ocupa en el área penitenciaria del hospital de Pitié-Salpétriere la visita de la comisión judicial que participa en la vista en la que se va a abordar su petición de suspensión de condena. A pesar de que hace unas jornadas los médicos le comunicaron que su esperanza de vida no es superior a seis meses a consecuencia del sarcoma de Ewing con metástasis en cadera y cabeza que padece, el gasteiztarra, según explicó ayer su padre a GARA, está «muy fuerte».
«Pese a todas las noticias, le he encontrado muy animado», añadió Carlos Gómez, al poco de abandonar el hospital. La semana pasada, explicó, el prisionero recibió tratamiento de quimioterapia y esta semana han comenzado con el de radioterapia en la cabeza.
«Le he visto muy animado. No sé de dónde saca fuerzas, a la vista de lo que está viviendo en las últimas semanas», insistió el padre del preso. Reconoció que el tratamiento que se está aplicando a su hijo está suponiendo «un sacrificio bastante fuerte, está siendo duro», aunque en la visita de ayer a primera hora de la tarde no detectó muestras de que haya afectado negativamente a Oier en su ánimo.
«Está esperanzado, con expectativas, aunque sin perder la calma pues es consciente de que depende de la decisión de los jueces», explicó. Recordó que inicialmente la vista para tratar la petición de suspensión de condena se iba a celebrar en un juzgado de París, pero el delicado estado de salud del preso vasco ha obligado a que juez, fiscal y abogados se trasladen hoy a la tarde al hospital.
El prisionero supo gracias a su padre del importante movimiento que se ha generado en Euskal Herria para exigir su liberación dada la grave enfermedad que padece y los pronósticos que barajan los facultativos que le tratan. «Hemos visto la foto de la concentración de esta mañana ante el Consulado en Bilbo y le he visto muy animado», repetía Carlos Gómez, sin perder la ocasion de agradecer la ola de solidaridad que ha generado el caso de Oier entre gentes bien diferentes.
Información al cónsul en Bilbo
A la espera de lo que se decida en París (no hay fecha segura para ello), Sare entregó ayer al cónsul francés en Bilbo un dossier con todo el apoyo político, social e institucional que ha cosechado la reclamación para que se libere al gasteiztarra y a los otros presos gravemente enfermos. Desde la red ciudadana se urge a decidir con urgencia y se interpela al Gobierno francés sobre si podría justificar «cualquier cosa que le suceda a Oier». «El tiempo corre en contra», advirtieron, apostillando que quedan aún por resolver varias euroórdenes.
La entrega de la documentación, que se pretende que sea trasladada al Ministerio francés de Justicia, se produjo al mismo tiempo que ante la sede consular se llevaba a cabo una concentración en la que participaron un centenar de personas; entre ellas, distintos cargos públicos de EH Bildu.
En declaraciones a los medios de comunicación, Amets Martínez (Sare) subrayó que «la sociedad vasca ha dicho alto y claro que no existe ninguna razón para mantener a los presos y las presas enfermas en prisión», en base a razones humanitarias, legales y al contexto que se vive en Euskal Herria.
«Hay un mandato ciudadano que dice que se tienen que respetar los derechos humanos de los presos y las presas vascas, y eso es lo que venimos a decir aquí», añadió el sarekide, quien citó los apoyos a esa reivindicación que se vienen sucediendo en las últimas semanas en consistorios como el de Gasteiz y Araia, la Diputación alavesa y el Parlamento autómico, lo que le llevó a reiterar que «se trata de un mandato de la sociedad».
Martínez recordó que la situación del represaliado gasteiztarra resulta «extrema», aunque recordó que hay otros 13 presos vascos con graves enfermedades en prisión. Además de mencionar que el 6 de mayo han convocado una manifestación en la capital alavesa, el representante de Sare advirtió de que podrían impulsarse nuevas iniciativas o activar nuevos compromisos.