El secretario de Defensa de EEUU, Jim Mattis, tendrá a partir de ahora las manos libres para determinar el número de tropas que despliega en Afganistán, según un alto funcionario que quiso mantener el anonimato y que precisó que aún no se ha tomado una decisión sobre el nivel de presencia militar en el país asiático.

Los líderes militares en la región han estado pidiendo durante meses que la OTAN refuerce con miles de soldados la presencia militar en la región. Según estimaciones que circulan en Washington, EEUU podría enviar entre 3.000 y 5.000 soldados que se sumarían a los 8.400 que ya están en Afganistán. Mattis nunca ha dejado que se conozca su opinión sobre la cuestión, pero es poco probable que rehúse estas demandas.

El martes ante el Congreso ya advirtió de que los talibanes estaban realizando progresos en ese país y pidió medidas urgentes. «No estamos ganando, y eso lo solucionaremos tan pronto como sea posible», dijo.

Ayer avanzó que presentará la estrategia revisada para Afganistán en las próximas semanas «en coherencia con las orientaciones estratégicas del comandante en jefe y la política exterior definida por el secretario de Estado».

Los talibanes se encuentran a la ofensiva en Afganistán, en donde se han adjudicado ataques mortales, especialmente contra las posiciones y bases del Ejército afgano.

Entre estos atentados destaca el que llevaron a cabo el pasado sábado en Nangarhar, donde murieron tres soldados estadounidenses y otro resultó herido. Un soldado afgano infiltrado, según aseguran los talibanes, disparó contra los militares estadounidenses.