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parís

Berlín y París intentan calmar a una Italia desbordada por los refugiados

Después de que Italia, desbordada por el drama migratorio, lanzara a sus socios de la UE la advertencia de que bloquearía sus puertos a barcos con refugiados con pabellón extranjero, Alemania y Francia trataron de responder prometiendo medidas centradas en impedir la llegada de más migrantes y prometiendo cumplir con la reubicación.

Los gobiernos francés y alemán se han comprometido a reforzar los «esfuerzos de reubicación» de los cientos de miles de refugiados que siguen llegando a través del Mediterráneo a las costas europeas para aliviar la presión sobre Italia, uno de los países más afectados por este flujo migratorio y que, desbordada, ha amenazado con cerrar sus puertos a la llegada de barcos con migrantes rescatados. Los ministros de Interior francés, alemán e italiano, así como el comisario europeo encargado de asuntos migratorios se reunieron el domingo en París «para examinar los desafíos que plantea el creciente flujo migratoria en el Mediterráneo central», según informaron ayer.

Ante la advertencia de Roma sobre su situación «insostenible» Alemania y Francia acordaron poner en marcha una serie de medidas y pidieron a los demás países de la UE que las estudien de cara a la reunión informal que tendrá lugar el jueves en Tallín

Las medidas se centran sobre todo en impedir la llegada de más personas a las costas europeas y controlar a las ONG.

En concreto, acordaron reforzar la seguridad en las costas libias mediante programas de formación de sus guardacostas y fortalecer los controles en la frontera sur de Libia para cortar los flujos migratorios en coordinación con los países vecinos.

También se comprometieron a proporcionar «apoyo adicional» a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) «para que las infraestructuras libias cumplan los estándares internacionales en términos de condiciones de vida y derechos humanos». Alemania y Francia decidieron igualmente «reforzar la estrategia de la UE para las deportaciones, aprovechando plenamente las capacidades de Frontex y reevaluando la política de visados relativa a terceros países para aumentar la tasa de readmisiones cuando sea necesario».

En cuanto a la falta de cumplimiento de los compromisos para reubicar a los refugiados que han llegado a Europa, los ministros afirmaron que quieren «acelerar el dispositivo europeo para la reubicación» de solicitantes de asilo y, para ello, se comprometieron a reforzar sus propios «esfuerzos de reubicación».

Normas para las ONG

Otro de los puntos acordados por París y Berlín es exigir un «código de conducta» a las ONG que trabajan en operaciones de rescate en el mar y propusieron que sea elaborado por Italia, donde la Fiscalía ha llegado a acusar a las organizaciones humanitarias de fomentar la inmigración ilegal con sus rescates.

«Estamos pidiendo que sea un trabajo compartido», afirmó el lunes el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, desde un foro de la FAO. «Es necesario si queremos evitar que la situación en Italia se vuelva inestable», alertó.

Italia ha recibido en los que va de año 82.000 inmigrantes y solicitantes de asilo. Aunque la UE se había comprometido a reubicar en otros países a las personas llegadas a las costas italianas y a Grecia, la mayoría de los estados miembro no han respetado las cuotas impuestas.

La Asociación de Organizaciones de Cooperación y Solidaridad Internacional expresó su fuerte preocupación por que estas medidas puedan limitar fuertemente las labores humanitarias, al establecer controles «incluso en sus fuentes de financiación».

 

Roma amenazó con bloquear sus puertos

Italia recurrió a una dura advertencia para hacerse oír entre sus socios, al amenazar con bloquear la entrada a sus puertos a barcos que transporten migrantes rescatados en el Mediterráneo con pabellón extranjero. Los guardacostas italianos coordinan sus operaciones de salvamento con barcos extranjeros, incluidos los fletados por ONG. El representante italiano ante la UE, Maurizio Massari, explicó que «la situación ha llegado al límite de lo soportable» en una carta al encargado comunitario de Inmigración, Dimitri Avramopoulos, en la que recogía las últimas llegadas masivas. Entre el domingo y el martes de la semana pasada fueron rescatadas más de 10.200 personas que habían salido de Libia. Los rescatados son llevados a puertos italianos, donde se les interna en centros de acogida saturados. Italia ha registrado en 2017 la llegada de más de 73.300 personas. El primer ministro, Paolo Gentiloni, denunció que algunos países de la UE «están mirando hacia otro lado». GARA