La declaración, que ha sido rechazada con los votos contrarios del cuatripartito y el apoyo de UPN y PSN, proponía «respetar la legalidad vigente y que en los próximos Sanfermines y el resto del año, se mantengan en los balcones y las fachadas municipales únicamente las banderas oficiales: la de Pamplona, la de Navarra, la de España y la de Europa».

«A pesar de la derogación de la Ley de Símbolos, Navarra sigue teniendo sus símbolos, tiene una bandera y un escudo, no dos, y la ikurriña no es la bandera de Navarra», ha subrayado el portavoz de UPN, que ha advertido a Asiron que «si lo que pretende es una argucia como la de 2015», podría repetirse la condena por desviación de poder.

Por su parte, el concejal de EH Bildu Aritz Romeo ha matizado que es un «debate estéril que poco importa a la ciudadanía de Pamplona», aunque ha aseverado que «todas las sensibilidades deberían poder estar representadas».

Por el PSN, Maite Esporrín ha considerado que «los símbolos deben ser los legalmente establecidos y no estar al albur de la ideología política de quienes ostenten el gobierno en cada momento». Tras indicar que «no es un tema prioritario para la ciudadanía», ha precisado que sí lo parece para el cuatripartito y su «proyecto nacionalista vasco». «Centrémonos en la fiesta, en que todo se desarrolle bien, que sea la alegría lo único que nos preocupa y nos olvidemos de la política durante estos días», ha reivindicado.

El edil de Aranzadi Armando Cuenca ha apuntado que colocar la ikurriña durante un día «es un reconocimiento simbólico y hasta cierto punto, razonable, de una sensibilidad que hay que respetar», y ha puntualizado que, si la propuesta fuera «excluyente», no sería «aceptable», pero la cuestión es «que se suma una más». «En tanto en cuanto sea un gesto incluyente, no le vamos a dar mayor importancia que la que tiene, como reflejo de la pluralidad de esta ciudad», ha afirmado Cuenca, que ha indicado que de esta forma se ampliaría «el espectro de personas que se pueden sentir representadas por este Ayuntamiento».

Expulsión de Maya

La sesión plenaria del Consistorio iruindarra ha sido especialmente bronca, hasta el punto de que el alcalde ha expulsado a Enrique Maya. El portavoz de UPN estaba exigiendo a Asiron que rectificara sus gestos llamando «caraduras» a los ediles regionalistas. Asiron le ha pedido que declinara su actitud de protesta, pero como Maya continuaba con ella, el alcalde le ha dado los preceptivos tres avisos. En vista de que no había cambio por parte del portavoz de UPN, el alcalde le ha expulsado de la sala. A continuación, los ediles del UPN han abandonado el pleno.

Tras lo ocurrido, el PSN ha solicitado un receso del pleno y entonces se ha reunido la Junta de Portavoces e incluso Asiron y Maya han mantenido un encuentro personal. En esa reunión, el alcalde ha pedido disculpas por ese gesto «en el que no he estado fino» y el portavoz de UPN las ha aceptado. Acto seguido, Asiron le ha pedido a Maya que se incorporara al Pleno y él se ha mostrado de acuerdo, de tal manera que con el grupo de UPN ya en la sala, se ha retomado el Pleno.