Pintadas contra el turismo que aparecieron el pasado año en los puntos más calientes de Donostia resultaron ser una revelación pública, aunque anónima: la preocupación que esta actividad generaba en parte de la ciudadanía. Al margen de las cuestionables formas, el turismo hace cierto tiempo que se dejó de considerar únicamente como fuente de ingresos y bonanza; traía consigo riesgos: la pérdida de calidad de vida, una bajada en la oferta de vivienda residencial en una ciudad con un problema histórico en este sentido y la saturación de algunos lugares, entre otros.
Las pintadas volvieron la última Semana Santa, más visibles, más duras. El debate se ha colado en el día a día, siendo ya un tema de conversación habitual en los hogares, en las cuadrillas, en los medios. Estas páginas son el arranque de una serie de reportajes que GARA publicará en los próximos días y cuyo foco se centrará en Donostia. Abordará los pisos turísticos, las ordenanzas y leyes, así como el punto de vista de vecinos, expertos en la materia y partidos como EH Bildu, que ha elaborado una batería de medidas concretas. Los intentos por contrastar la opinión del Ayuntamiento han sido en vano.
Oferta de pisos
La proliferación de los pisos turísticos y el grado de regulación está en el meollo del debate. Las cifras dan varias pistas para dibujar el escenario. Según el informe que el colectivo Montera34 realizó en abril tras un intensivo taller de tres días, el 42% de los anuncios de Airbnb en la CAV, concretamente 1.219, son de Donostia. Según los datos de Inside Airbnb, en los que se ha basado el citado informe, a fecha de abril, solo 160 tenían licencia (el 13%). El número de anuncios representan 4.553 plazas y 696 anfitriones. Según EH Bildu, en dos años los pisos turísticos se han multiplicado por cinco.
En el taller también concluyeron que ocho de los diez barrios de la comunidad autónoma con más anuncios de Airbnb por número de viviendas están en la capital guipuzcoana. «La gran mayoría (67) de los 89 barrios de Donostia, Bilbao y Vitoria se sitúan por debajo del 0,5% de anuncios de Airbnb respecto de las viviendas de ese barrio. Los valores por encima del 3% corresponden todos a barrios de Donostia», cita el informe.
A este número de camas se le suman además las que se ofertarán a partir de 2019, ya que el Ayuntamiento ha dado las licencias correspondientes para la construcción de 22 hoteles en dos años. Más de 2.000 nuevas plazas hoteleras que se añadirán a las 9.100 plazas regladas existentes de las cuales, según el documento, 4.059 se corresponden a plazas hoteleras; 1.136 a plazas pensiones y 1.423 en albergues.
Normas contradictorias
Poner coto y límites se antoja como la vía para una gestión ordenada y controlada de la situación. Existe una ordenanza municipal –de las más restrictivas, por cierto–, pero se incumple de forma reiterada. Para que un establecimiento pueda dedicarse a la actividad turística debe inscribirse en el Registro de Empresas Turísticas de Lakua. El establecimiento está obligado a publicitar este número y hacerlo constar en todos los documentos que genere, incluyendo los anuncios en Airbnb, según obliga la Ley de Turismo de la CAV aprobada en setiembre de 2016. No obstante, de los 1.219 anuncios de pisos turísticos antes citados, 1.059 no han pasado por el registro pertinente, según indican las mismas fuentes.
Por si la situación no fuera lo suficientemente compleja, se da la circunstancia de que el 76% de los pisos turísticos reglados por Lakua (2.215 según Fomento San Sebastián) no cumplen la ordenanza municipal de Donostia, que exige que los alojamientos para turistas solo pueden habilitarse en el primer piso. También dice que, si estos igualan o superan los 250 metros cuadrados, deben tener un acceso independiente. Pese a ello, es fácil constatar que la ordenanza no se cumple; son numerosos los portales con pisos y hostales, regulados o no, más allá de la primera planta, por encima de residentes.
Precisamente, el Gobierno Local PNV-PSE ha anunciado su intención de promover una nueva Ordenanza Municipal que regule expresamente las condiciones para su implantación en las viviendas, ya sea en su doble modalidad de vivienda completa o alojamiento turístico en habitaciones. «Se constata un interés importante por parte de los ciudadanos propietarios, porque responde a una demanda turística importante (…) y puede permitir un incremento de la riqueza económica», justifica el equipo de gobierno en un documento público colgado en la web del consistorio. En la propuesta también se cita que se considerarán «las afecciones a las condiciones de uso de sus viviendas por los ciudadanos».
El documento de propuesta para la renovación de la ordenanza también contempla qué pasaría si no se regulara de «forma expresa». «Daría lugar a una importante tensión y judicialización, dada la intensidad con la que la actividad económica pretende implantarse y la dificultad de control y corrección de las irregularidades».
Se alega la falta de capacidad para controlar, pese a las numerosas denuncias de vecinos que señalan con pelos y señales actividades irregulares y cuyas quejas deberían servir a las instituciones para llevar más al día los casos fraudulentos. El caso más sonado es el de la calle Legazpi 12, un edificio antes residencial, hoy turístico, donde se hicieron obras sin licencia y se cometieron otras ilegalidades, como no cumplir con las salidas de incendios o dotar de actividad al sótano, entre otros. Existía un informe de técnicos municipales que ordenaban el cierre de esas habitaciones, pero se tardó semanas en actuar, y se hizo después de que GARA lo hiciera público.
También está el caso del portal 13 del Paseo Salamanca. Una denuncia tras otra de un vecino que, harto, señalaba la existencia de varios pisos turísticos en el mismo bloque. Otro tanto ha ocurrido en el lujoso Paseo de Miraconcha, en el número 21, según constató este diario. Una vecina volvió a presentar en junio la queja que ya registró en setiembre. Ubicado en una cuarta planta, pedían más de 350 euros por noche.
Nueva ordenanza
Según afirmó el alcalde Eneko Goia en una rueda de prensa, la redacción en la ordenanza de la Parte Vieja tendrá «un trato diferenciado», y distinguirá dos zonas: una de ellas para el Centro, el barrio de Gros y el paseo de Francia, que tendrá «una regulación más restrictiva» porque «el peso que tiene el fenómeno es más del deseado», y otra para «el resto» de la ciudad, donde incluso su existencia podría convertirse en «una actividad económica complementaria», en barrios como, según citó, Amara. «Esta zona no será libre y tendrá restricciones –puntualizó el alcalde–, ligadas a primeros pisos o al número que pueda haber en cada portal», pero menores que la vinculada al Centro.
EH Bildu no comparte las intenciones del Gobierno de Goia porque teme que se haga «taula rasa» con los pisos ilegales que a día de hoy están en activo. La formación abertzale aboga por la clausura de todos aquellos que la incumplan. Además, creen que esa nueva zonificación supondría trasladar el problema a otros barrios. «La primera mentira es afirmar que no está regulado. La ordenanza es muy clara; y está por encima de lo que dicta la Ley de Turismo del Gobierno Vasco», defiende el edil Ricardo Burutaran.
En su opinión, la nueva ordenanza, que el alcalde espera aprobar inicialmente en julio, está escrita a la medida de las personas propietarias de estos apartamentos. «Los intereses y presiones son brutales. El problema es plegarse a eso, y no a la demanda de los vecinos. En muchos casos, además, no hablamos de distintos propietarios que tienen una segunda vivienda, sino de auténticos ‘jauntxos’ con un montón de apartamentos». Hay personas con diez pisos, y existe una asociación que engloba a diez propietarios con 400 apartamentos en total. ¿Es esta la llamada economía colaborativa?
EH Bildu propone 40 medidas sobre el turismo con la «calidad de vida» como indicador
Tras meses de trabajo con agentes y expertos en la materia, EH Bildu Donostia ha confeccionado su propuesta para un modelo de turismo «a la medida de Donostia» y su ciudadanía. Conscientes de que el debate «se ha colado» en el día a día, el objetivo es mantener el equilibrio entre el bienestar de los habitantes y la actividad económica que supone el sector servicios. En opinión de la coalición, el límite lo marca la ciudad y quienes en ella habitan. «La calidad de vida es lo que marcará nuestro norte», expresó la portavoz Amaia Almirall.
Las cuarenta medidas están enfocadas a construir un entorno «para vivir, trabajar y disfrutar», e insisten en que la propuesta es integral, es decir, abarca todos y cada uno de los aspectos ligados al turismo.
El problema de la vivienda tiene un apartado especial, dado que el aumento de los pisos turísticos creen ha incidido de forma negativa en unos precios ya desorbitados. «Vivir en Donostia ha pasado de ser un lujo a una utopía», afirman. Solo en un año, los alquileres residenciales han encarecido un 17%, mientras en Bilbo han aumentado un 6% y un 3,6% en Iruñea. En Gasteiz menos aún.
«Nuestro objetivo es ‘cero pisos turísticos ilegales’», anunció Almirall. Por ello, su propuesta pasa por hacer cumplir de forma escrupulosa la normativa actual, recogida en el Plan General, y recordó que técnicos municipales así lo aconsejan en sus informes. También proponen reforzar todos los medios necesarios para las inspecciones pertinentes.
Y para que el alquiler sea una opción real, fijar límites en base a la superficie de la vivienda, la renta y el barrio, por ejemplo.
Distribuir la riqueza que genera el turismo, garantizar los trabajos dignos y de calidad de quienes se dedican a ello, fomentar la presencia del euskara e impulsar el comercio local son otros de los ejes. También proponen delimitar tres espacios: la zona saturada (Alde Zaharra, Centro y zona romántica hasta San Martín y Gros hasta plaza Catalunya. La segunda zona es la que está en peligro de saturación: resto de Gros, Antiguo, Amara hasta Pio XII y Egia hasta plaza Haundi/Martin Santos. La tercera zona es el resto de la ciudad.
El documento íntegro está disponible en donostia.ehbildu.eus., pero se presentará en los barrios y se buzonearán 100.000 ejemplares. Además, la ciudadanía puede hacer aportaciones en donostia@ehbildu.eus. Hoy, a las 11.30, Iker Casanova y Amaia Almirall presentarán la propuesta en la plaza Catalunya de Gros.O.L.