El palacio Olabarri, situado en el Campo Volantín, se construyó en 1897 y tras ser adquirido en 1953 por la Autoridad Portuaria se realizó una ampliación, hasta tener una superficie total construida de 4.000 metros cuadrados.

Actualmente está calificado como «equipamiento público» y el objetivo es que pase a ser «equipamiento privado», lo que permitiría su venta, aunque se mantendrá la protección por singularidad arquitectónica, que es del nivel A para el edificio originario y del nivel C para la posterior ampliación.

La Autoridad Portuaria, que ha trasladado sus oficinas a un edificio que construyó en el puerto en Santurtzi, venderá entonces el palacio, pero conservará la sede social en otra oficina en Bilbo.

Según ha asegurado el Ayuntamiento en una nota, el Puerto «no busca una actuación especulativa», sino que pretende que se mantenga este edificio «singular» y que «aporte valor a la ciudad con un uso que permita acceder al mismo».

«Dentro de ese uso, tanto el Ayuntamiento como la Autoridad Portuaria consideran que uno de los proyectos que mejor encajaría sería el de un hotel singular», añade el Consistorio.