Mientras Bilbo y Donostia cuentan ya con su cartel taurino, e Iruñea celebró en sanfermines su feria taurina, en Gasteiz la actividad relacionada con la tauromaquia se ha restringido este año a la presencia algunas mañanas de vaquillas en el Iradier Arena, el coso local.
La decisión del último gestor de la plaza, el empresario José Cutiño, de renunciar a la prórroga del contrato para organizar la feria reabrió en setiembre del año pasado el debate sobre la celebración de corridas de toros en la capital alavesa.
Con apenas 21.766 espectadores en los festejos de ese año y una caída de público progresiva y generalizada desde 2010, las voces que cuestionaban la viabilidad de la feria empezaron a cobrar fuerza, más con la irrupción en el Consistorio local de los grupos de EH Bildu, Podemos e Irabazi, que exigieron al alcalde, Gorka Urtaran (PNV), que no sacara a concurso una nueva adjudicación.
Pese a ello, el equipo de gobierno PNV-PSE inició la licitación de un nuevo contrato que quedó desierto en diciembre al no presentarse ninguna empresa. Aquello supuso el portazo definitivo a los toros este año, y, además, la concejala de Cultura, Estíbaliz Canto (PSE), ya ha anunciado que no habrá una nueva licitación en 2018, con lo que el año que viene tampoco se celebrará la feria taurina.