«Es necesaria una respuesta positiva». Así se expresó en declaraciones a GARA el sacerdote norirlandés Harold Good sobre la actitud que deberían tomar los estados español y francés tras el desarme de ETA de cara a hacer posible la resolución del conflicto en Euskal Herria. Lo hizo tras participar junto a la portavoz de Bake Bidea, Anaiz Funosas, en la conferencia “Proceso de desarme: hacia una paz duradera en el País Vasco” que acogió ayer el Parlamento Europeo, organizada por Basque Friendship.
Good, que supervisó el desmantelamiento de las armas en Irlanda junto a Alec Reid y tuvo también un papel destacado en el proceso llevado a cabo por la sociedad civil para el desarme de ETA, manifestó que «ahora le toca a la otra parte hacer un gesto». «Tras la entrega de armas, debe haber algún tipo de reconocimiento visible desde el Gobierno español, en particular, y desde el francés. Siempre que se produce la resolución de un conflicto, de cualquier tipo, en cualquier lugar, se necesita lo que llamamos reciprocidad, que consiste en recibir algo a cambio», afirmó.
En este contexto, puso en valor lo que supone el desarme en un proceso de paz, pues, según destacó, «no es algo meramente simbólico, sino que es la materialización de las palabras». Por su implicación en ambos casos, Good comparó el proceso vasco con el irlandés. «Ambos procesos de desmantelamiento de armas no han sido caminos fáciles, y requiere de un largo camino hasta que se cumple. Para mí fue un gran honor estar en el País Vasco y participar en ese proceso. El 8 de abril sentí una gran emoción cuando me dirigí a 20.000 personas reunidas en Baiona», declaró.
La sociedad como activo
El pastor norirlandés destacó el papel de la sociedad civil, pues aseguró haber sentido en Baiona «la fuerza de todo un pueblo, de una sociedad comprometida». Hizo un llamamiento expreso a Madrid y París: «Por favor, escuchen a todos los que apoyaron el desarme y den pasos para cambiar la política hacia los prisioneros vascos». Sostuvo que es «una expectativa y demanda muy razonable el acercamiento de los presos para que estén más cerca de sus seres queridos y familiares; en particular, aquellos que tienen un delicado estado de salud». Por ello, reclamó salir del bloqueo y recordó que el 90% de los conflictos políticos en el mundo están en vías de resolverse.
Funosas también destacó el papel de la sociedad y el compromiso mostrado desde la Conferencia de Aiete: «El proceso de desarme ha sido un proceso colectivo, llevado a cabo con valentía, debido a que la sociedad vasca estaba sedienta de paz. Independientemente de la actitud de ambos gobiernos, la determinación de afrontar las consecuencias del conflicto es firme y la voluntad de crear una sociedad más cohesionada es crucial, así como encontrar una solución para los que están en prisión y exiliados», expresó.
También mencionó que «una gran mayoría es clave para cambiar la actitud de ambos gobiernos» y recordó que «este es el objetivo final de la manifestación prevista el 9 de diciembre en París». Explicó que cuando se puso en marcha el proceso de desarme se planteó también la necesidad de dar solución a las consecuencias del conflicto. «Ahora estamos en esa fase y la prioridad es abordar la cuestión de los presos. La sociedad civil, así como la mayoría social y sindical, demanda la necesidad de abordar esta cuestión. Eso también es consecuencia del desarme. Son necesarios pasos inminentes para que se garanticen los derechos de las personas presas», afirmó.
También aprovecharon la visita para pedir la colaboración de los países de la Unión Europea.
A la comunidad internacional
Tras escuchar a Good y Funosas, algunos de los europarlamentarios presentes tomaron la palabra y todos coincidieron en elogiar la iniciativa y determinación de la sociedad civil en el proceso de desarme, al tiempo que se mostraban atónitos ante el desinterés de los estados, especialmente en del español.
«Es un hecho inusual, dada la falta de voluntad de los gobiernos español y francés. Subrayamos la participación de una sociedad civil que ha podido hacer frente a un proceso que ha sido complejo pero ha abierto una nueva etapa en el País Vasco», declaró la parlamentaria gallega Lidia Senra. El diputado flamenco Mark Demesmaeker aplaudió también la participación de personalidades y organizaciones internacionales junto con la sociedad civil en el desarme.
Los miembros de Basque Friendship apoyaron la declaración leída el 8 de abril en Baiona y se reafirmaron en esa postura: «Queremos hacer un llamamiento a los gobiernos francés y español, porque desarme no es paz y estos dos gobiernos también deben contribuir a la paz, creando las condiciones para una paz justa, integral e irreversible en el País Vasco».
Para ello, urgieron a abordar con premura la cuestión de los presos y exiliados, así como aquellas relacionadas con el reconomiento y reparación de todas las víctimas «promoviendo la reconciliación, la verdad y la memoria, para crear la base para una vida en común».