Cómo cambia la película en poco más de una semana. De los días de vino y rosas con cuatro victorias consecutivas a la preocupación por tres derrotas del tirón, con el agravante de nueve goles en contra, y el viaje a San Petersburgo en el horizonte.
Eusebio ha presentado de arranque una jovencísima defensa, obligado por las bajas en el centro. Elustondo era el «experto veterano» a sus 23 años, la misma edad que Kevin. Odriozola tiene un año menos y Zubeldia, que además no suele jugar tan retrasado, completaba la zaga a sus 20 primaveras. Por delante Zurutuza volvía a ejercer de escudero de Illarramendi y Oyarzabal regresaba tras su lesión. Januzaj, que no jugó ni un minuto ante el Levante, comenzaba en el banquillo. Al otro lado el remozado Valencia entrenado por Marcelino, que llegaba invicto a Donostia y se marcha igual.
Desde el principio, como ocurriera hace tres días, el choque ofrecía una falsa sensación de dominio blanquiazul, ya que el peligro venía en las contras rivales. Y así ha llegado el primer tanto, en ¡un saque de banda del Valencia en su propio campo! que ha pillado a los centrales mal colocados. Zaza la ha peleado, Guedes se ha colado hasta la línea de fondo tras regatear a Rulli y Rodrigo ha empujado a placer su pase de la muerte (0-1, 26).
La Real ha tenido el acierto de empatar pronto, en un córner muy bien botado por Oyarzabal que ha rematado Elustondo entrando con todo. Cuarto tanto de la Real tras un saque de esquina está campaña (1-1, 33).
En la recta final, Guedes y Oyarzabal han tenido sendas ocasiones para adelantar a los suyos, pero al descanso se ha llegado con empate a uno. Ni tan mal, suspiraba de alivio la parroquia de Anoeta.
En el descanso, Eusebio ha quitado a Juanmi y ha metido a Januzaj. Pero el guión se mantenía intacto. La Real es ese boxeador que sube al ring a intercambiar golpes, confiando en su pegada a sabiendas de que también va a salir calentito.
Se ha vuelto a adelantar el Valencia con una buena jugada en la que además Oyarzabal no ha llegado para tapar al lateral izquierdo, Nacho Vidal, quien ha superado con habilidad la salida de Rulli (1-2, 55). Cuatro minutos más tarde, Kevin ha pelado con fe un balón, se lo ha cedido a Oyarzabal y el de Eibar ha compensado su error anterior con un zapatazo cruzado desde el pico del área (2-2, 59).
El choque seguía loco, muy abierto. En el 68 la Real se ha quedado con uno menos. Zubeldia ha intentado rematar de chilena en un córner, ha impactado en el rostro de un rival y ha visto su segunda amarilla. Cambio en el decorado, el Valencia pasaba a manejar la bola y Marcelino, oliendo la sangre, metía un triple cambio.
Pero no estaba todo escrito, ya que las fuerzas se igualaban a falta de 10 minutos con la segunda amarilla a Kondogbia por una entrada a Januzaj. El galo ya se había librado muy poco antes y la presión de Anoeta ha hecho el resto.
Bolas nuevas, y la vuelta al decorado original podría decirse que ha beneficiado a los visitantes, más peligrosos con menos posesión. Un balón profundo a Guedes, gran partido el suyo, para romper a la zaga y ceder a Zaza, que ha fusilado a Rulli. Era el 2-3. Los últimos intentos para igualar la contienda por tercera vez han sido infructuosos. Derrota. Tres seguidas. Y la sensación de tener la mandíbula de cristal. Ojo.