Puigdemont ha salido a caminar por el centro de Girona junto a su esposa, Marcela Topor, mientras los ciudadanos aplaudían a su paso y clamaban «president, president».
El vídeo que acompaña esta información muestra un revuelo tal que impide ver al propio Puigdemont, que no ha dudado en posar con algunos de los vecinos que le pedían fotografiarse con él un día después de que el Parlament proclamara la República catalana.

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