Agustín GOIKOETXEA
BILBO

LAB cuestiona la idoneidad de ubicar una piscifactoría en la cala de Basorda

LAB cuestiona que un parque acuícola sea la mejor solución para dar un uso a las ruinas de la fallida central nuclear de Lemoiz. Propone que el futuro de la cala de Basorda sea decidido por la ciudadanía.

LAB exigió ayer al Ejecutivo de Lakua que deje en manos de la sociedad vasca la decisión de qué hacer en la cala de Basorda y que, cualquier instalación que se ubique en los terrenos de la central nuclear de Lemoiz, sea de control y gestión pública con la vista puesta en crear empleo público y de calidad. El sindicato reclama que sea Iberdrola quien corra con los gastos de recuperación de este enclave privilegiado de la costa, degradado a consecuencia del proyecto fallido.

Estima que la piscifactoría que pretende impulsar la consejera Arantza Tapia es una opción, aunque no se pueden descartar otras. La central entiende que la prioridad no es construir ese parque acuícola, sino invertir para el mantenimiento de la pesca extractiva y la recuperación de las especies salvajes en nuestras aguas, esquilmadas durante décadas por «artes depredadoras». En caso de que la ciudadanía apueste por la piscifactoría en Basorda, plantea que la gestionen las cofradías vascas y los peces que se críen sean de especies que han desaparecido del Cantábrico.

Leo Belauztegi, del sector de Pesca, manifestó que lo ideal no es poblar la costa de parques acuícolas, sino la recuperación de las especies que se han ido perdiendo, declarando las doce millas que ocupa la plataforma continental como aguas marítimas protegidas para que los peces puedan realizar su ciclo de vida.

Belauztegi, que reconoció que el 50% del pescado que se comercializa a nivel mundial es de piscifactoría, apostó por recuperar especies en vez de engordar otras que no son propias de estas aguas. Explicó que para producir un kilo de rodaballo son necesarios cuatro de harina de pescado salvaje y de ocho en el caso del salmón. «Una barbaridad», subrayó, advirtiendo de los medicamentos que se utilizan para que los peces no enfermen.

Leo Belauztegi denunció la falta de implicación de Lakua con el sector, donde en los últimos 30 años se ha perdido el 86% de la flota. En cinco años, precisó, 52 barcos de bajura y altura con alrededor de 550 empleos han desaparecido. «No se está haciendo nada para frenar la sangría», lamentó.

LAB aboga por invertir en el sector en vez de apoyar a la iniciativa privada para que construya piscifactorías.