La declaración fue leída, el martes, por Xabier Goienetxea, condenado a 14 años de prisión y que ha recurrido esa sentencia junto a Arkaitz Agirregabiria (25 años), Izaskun Lesaka (14 años) y Josu Urbieta (16 años).
En el escrito, los encausados se refieren al «intento de ETA de aprovisionarse de vehículos» a través de una acción, desarrollada el 16 de marzo de 2010 en la periferia parisina, que «se saldó, lamentablemente, con la muerte de un policía francés y el arresto de un militante».
Los encausados expresan en ese pronunciamiento que «hay que contextualizar esa acción en la lógica de la decisión tomada a principios de ese año por ETA de poner término a sus acciones armadas». Y añaden que «ese aprovisionamiento de vehículos formaba parte de las diferentes medidas que ETA consideró necesario adoptar para llevar a buen término su reflexión sobre el cambio en las formas de lucha y para preparar los cambios que ello implicaba».
La declaración recuerda que, como ETA aclaró en su comunicado del 4 de abril de 2010, el «enfrentamiento fortuito» en el que murió el agente Jean-Serge Nérin «no era deseado ni por ETA ni por los militantes presentes aquel 16 de marzo» en Villiers en Bière. Y añade que «las fuerzas de orden francesas nunca han sido objetivo de ETA».
Posteriomente, los presos se detienen en la declaración del 5 de setiembre del mismo año por la que ETA hizo pública, a través de un video difundido por la BBC, su decisión de interrumpir sus acciones armadas. «Más allá de las decisiones tomadas antes del 16 de marzo –señalan en su declaración, realizada en francés y a cuya versión escrita ha tenido acceso GARA– el camino recorrido desde 2010 es clarificador respecto a la reflexión abierta en ETA desde antes, dado que los cambios producidos luego son consecuencia de ese punto de partida».
Por lo demás, la declaración ofrece un relato exhaustivo de los pasos dados desde la Declaración de Altsasu (2009), por la propia ETA y también por otros actores, aunque fija su atención en el devenir del proceso de resolución a partir del abandono de la lucha armada.
El texto traza el camino recorrido desde la Conferencia de Aiete (2011) y hasta la jornada de desarme del 8 de abril de 2017 en Baiona, sin olvidar otros hitos claves como la Conferencia Humanitaria por la Paz, celebrada en 2015 en París.
Desarme avalado por París
El escrito pone en valor el compromiso de «esos miles de artesanos que, siguiendo la metodología propuesta por la Comisión Internacional de Verificación (CIV), protegieron la acción que permitió poner en manos de la Policía francesa más de 3,5 toneladas de armamento perteneciente a ETA». Y recuerda luego que ese desarme, que un mando de la Subdirección AntiTerrorista (SDAT) trató de presentar como «incompleto» en su testimonio ante el tribunal, fue avalado por pronunciamientos del Ministerio de Interior francés y del primer ministro Bernard Cazeneuve. «Compartimos esos pronunciamientos y estamos orgullosos del camino andado por ETA para convertirse en una organización desarmada», expresan los presos en esa declaración, para añadir que «el camino hecho estos años demuestra que ETA comenzó el proceso para poner fin a su lucha armada a finales de 2009 y que desde entonces ha cumplido todos sus compromisos».
La declaración de estos cuatro militantes vascos juzgados en París concluye afirmando que «más allá de los obstáculos, nosotros mismos y la totalidad de los militantes de ETA seguimos plenamente comprometidos en construir la paz, la justicia y la libertad en Euskal Herria».