¿Cómo describiría la situación por la que atraviesa el ámbito ferial y cómo ve su futuro?

Este es un momento de bonanza. De 2000 a 2005 llegó a plantearse que la ola de internet pudiera ser el fin de las ferias. Eso se ha superado totalmente, internet ha interferido pero la digitalización puede ser una palanca de oportunidad para el mundo ferial. Es verdad que de 2008 en adelante ha habido siete u ocho años malos a nivel mundial, especialmente malos a nivel estatal. Otros han capeado mejor que nosotros el temporal, pero en general, a nivel estatal la situación es buena y a nivel internacional muy buena.

¿Cree que el mundo ferial seguirá transformándose?

Diría que ya hay cambios, casi todos ellos de la mano de la digitalización y cambios de hábito o de consumo de la gente. Los países emergentes siguen haciendo ferias al estilo antiguo, intensivas en metro cuadrado. Sin embargo, en los países desarrollados el mundo ferial se ha sofisticado. Es más difícil vender para quienes exponen pero también es más complejo hacer una feria. No solo tienes que atraer el expositor, tienes que invertir en traer gente compradora buena del extranjero y tienes que dotar la feria de complementos. Tiene que estar aderezada con unos encuentros be to be en los que sientes a comprador y vendedor en reuniones rápidas de veinte minutos para tener muchos contactos, tienes que acompañarla de unas conferencias de unas demostraciones... y en eso, a nivel europeo, ya estamos.

A futuro, ¿qué nos queda? Queda toda esa parte de la digitalización, los cambios que va a traer. Algunos de esos cambios ya se han hecho en los procesos internos. Las formas de hacer las cosas en nuestra casa van a cambiar, va a cambiar que vamos a poder ofrecer servicios adicionales o complementarios. Ya no es solo venir aquí, sino que con herramientas digitales podemos hacer una promoción, que la feria no dure cuatro días o tres días, sino que dure todo el año con plataformas de comunicación o de promoción de sus servicios o de sus productos y esas son herramientas de la digitalización, que lejos de ser un handicap es todo lo contrario, genera oportunidades de dar nuevos servicios. La tercera pata de la digitalización serán los nuevos productos que puedan surgir de ese mundo. Existen ferias de productos informáticos, de informática u otras temáticas relacionadas con las nuevas tecnologías.

Casi 14 años en activo, ¿qué representa hoy el BEC en el mercado de recintos expositivos?

A nivel estatal somos una pieza clave. Hay una champion, que como en el fútbol podría ser Madrid y Barcelona, IFEMA y FIRA, y después Bilbao Exhibition Centre con Valencia o alguna otra feria. Seguimos siendo un player importante a nivel estatal, a nivel mundial no tanto. El peso de grandes recintos feriales, es sobre todo de Alemania en Europa, que funciona como España, los recintos son los organizadores de ferias, porque a nivel anglosajón lo que hay son organizadores que no tienen espacio ferial, que lo que tienen es el poder del evento, y cada vez son más importantes. A nivel internacional somos importantes no tanto como recinto sino como organizador de dos o tres ferias importantes, como puede ser, evidentemente, la bienal de la maquina herramienta. Hay una cita, OMO, que se hace los años impares en Alemania, que es la number one ,y en los años pares nosotros somos el mayor exponente de Europa en maquina herramienta.

¿Cuál es el fuerte del BEC, su principal atractivo?

No diría solo uno y depende de para qué actividad. Tenemos tres patas de actividad, siempre nos vamos a las ferias porque venimos del nombre Feria de Bilbao y además el recinto está adaptado fundamentalmente a ellas, pero tenemos una actividad congresual muy importante, con un palacio de congresos anexo al recinto ferial porque la actividad ferial ya no se puede separar de conferencias, demostraciones u otros foros y congresos con una parte expositiva. Esa pata es muy importante.

Está la pata de los conciertos, que también es muy visual, y la pata ferial. Para cada una de las actividades hay factores diferenciales. En el ámbito ferial, la instalación es lo principal por su tamaño pero sobre todo porque es un recinto nuevo y hecho para la bienal de la máquina herramienta, que tiene su complejidad, como montar unos maquinones inmensamente grandes que están en funcionamiento en la feria. Para eso, los suelos tienen una capacidad de carga equis, para eso hay tomas de aire comprimido, gas, agua, electricidad y datos cada seis metros, unos portones enormes para que puedan entrar los trailers y las grúas, pabellones sin columnas... La construcción ya se hizo pensando en un recinto moderno y ese es un factor diferencial con respecto a otras instalaciones. Pero otro es el tejido industrial vasco, el entorno es lo que hace que BEC tenga un sentido. ¿Por qué es importante? Porque el 80% de la fabricación del Estado de maquina herramienta se produce en Euskadi. ¿Por qué tenemos Ferroforma? Porque la herramienta manual, ferretería, también se hace en Euskadi y por eso tenemos Sinaval, aunque el sector está ahora un poco de capa caída.

Para la parte conciertos, la capacidad es importante, pero también la ubicación, el metro, el parking... Vamos al espacio congresual y la instalación es importante pero también el ámbito geográfico, cerca del puerto, a diez minutos de la Paloma, a cinco minutos del centro de Bilbao en un metro magnífico, limpio, seguro... El recinto es muy importante pero hay otros factores diferenciales, la industria del país, la ubicación, las conexiones...

¿Cómo se encuentra financieramente el BEC?

Aunque se ha hablado mucho de la situación financiera, siempre ha estado bien por una razón: siempre ha tenido el amparo del Gobierno y de la Diputación, por un compromiso que viene de cuando construyeron esto. Esto costó 450 millones de euros, en ese momento no podía pagarse y como todo el mundo pidieron una hipoteca, que la tienen avalada en compromisos plurianuales para hacer frente a ese desembolso. En ese sentido, financieramente como que va a quebrar... ese riesgo no ha existido nunca. Luego están los números de la actividad, cuál es el resultado de explotación del BEC y en esto cuando tenemos la bienal hay resultados positivos y el que no hay negativos. De 2004 a 2008, año par bueno y BEC ganaba dinero, año impar perdía dinero, por desgracia ni siquiera equilibrado era más lo que perdía que lo que ganaba. Llega la crisis y ya ni el par ni el impar, desde 2008 hasta 2015 perdemos dinero y eso es el déficit de explotación, que no estaba avalado de saque pero que las instituciones viendo el impacto económico que genera y lo tractor que puede ser para determinados sectores tienen el compromiso de ir cubriendo.

La deuda es el ladrillo, no la actividad. Hay un compromiso hasta 2027 de poner equis dinero de la hipoteca hasta pagarla y punto. En cuanto a la actividad, estábamos ganando y perdiendo para entrar en un punto de 2008 a 2015 de pérdidas todos los años. Las instituciones han aportado dinero para cubrir ese déficit. Entramos ahora en un tiempo de bonanza generalizada. En el 16 llegamos ya a números positivos. Sigue estando todo muy mediatizado por la bienal. El objetivo a medio plazo es que ese positivo y ese negativo se puedan compensar, ganar tanto dinero en el par como para cubrir la pérdida del impar y a largo plazo hay un objetivo de las instituciones de tener resultados positivos todos los años, yo creo que eso está todavía muy lejos.

Para cubrir la hipoteca sí hay comprometidos 35 millones de euros de aquí a 2027. En 2016 tuvimos un resultado positivo de 225.000 euros, pero 2017 tendremos tres millones de pérdidas y para 2018 esperamos un beneficio de algo más de un millón de euros, ya vamos acercándonos a ese teórico equilibrio. Hemos puesto en marcha un Plan Estratégico y de 2012 a 2016 tuvimos un plan más de choque, de crisis. Ahora por fin tenemos un plan estratégico que contempla mejora de cifras.

¿Por qué será noticia BEC en 2018 además de la bienal de la máquina herramienta?

Hay dos citas que van a marcar la diferencia, aunque trataremos de explicar otros más. Una es la máquina herramienta, pero queda muy en el ámbito profesional e industrial, el mediático va a ser los Premios MTV, que ya lo está siendo desde hace dos meses, porque encima hubo una filtración antes de que se anunciara y hemos tenido complicaciones en ese sentido. El año va a estar marcado por este evento, aunque querremos vender que tenemos eventos potentes a nivel profesional pero van a quedar eclipsados todos por la gala de MTV. No hemos hablado de que igual que en el terreno ferial ha habido también una recuperación de los números en el mundo de los conciertos.

¿Qué conlleva la organización de esa gala de MTV?

Es una gala de dos horas y media de duración, pero una gala como puede ser la de los Óscar. Si te situas en el mundo de la música, es una gala que se va a retransmitir para 135 países y la van a ver 500 millones de hogares. Lleva aparejada una semana relacionada con la música que va a afectar a Bilbao, a Barakaldo y al BEC. Va a haber un megaconcierto con alguna estrella mundial en la calle, no sé si en la Gran Vía... y luego el producto en sí, la gala, en la que estarán las estrellas del momento del panorama musical juvenil.

Estamos hablando de la ocupación de tres pabellones, uno con la propia gala, que es el Bizkaia Arena, otro para una postparty, para gran parte de los invitados, que tendrán una fiesta en el pabellón 2, y el pabellón 6 se usará exclusivamente de backstage, porque participan 30 o 40 grupos o artistas muy potentes a nivel mundial y tendrán sus zonas de camerinos, catering... Entonces, van a ocupar la mitad del BEC y no sé si algo más, porque hay una parte que ellos llaman de ‘alfombra roja’, que seguramente tenga que ser en otro pabellón anexo o en le corredor principal, en el atrio. Durante el domingo, el día de la gala, tendrán copado el 100% del BEC, pero esa semana va a implicar bastante más, porque para ese montaje de los tres pabellones bloquean el BEC durante 14 días. Quiere decir que cientos de personas que producen este evento van a venir con esa antelación, más las estrellas, invitados y artistas que vengan aunque sea el fin de semana, va a haber una ocupación hotelera muy muy potente en Bilbao, y hablan de un impacto económico, desde la Diputación, que es quien ha traído este evento, de más de 44 millones de euros.

¿Con qué evento sueña para el BEC o qué tipo de eventos le gustaría traer al recinto?

No es algo que exista, porque no querría hablar de algo que ya existe. Iría a hacer un evento que pueda tener una ocupación de los seis pabellones que tenga que ver con el mundo de la energía, que es uno de los temas que estamos explorando y en el que Euskadi tiene algo que decir, con las nuevas tecnologías, con la biotecnología, nosotros siempre tenemos que estar pegados a la actividad de Euskadi. Aquí haremos barcos o maquina herramienta, pero creo que en el mundo de las energías sí hay un hueco, ese podría ser un sueño. Podría ser un gran certamen profesional, no de público, que ocupe todos los pabellones, vehículo eléctrico, energías renovables... tenemos algunas citas en estudio por ahí y, de hecho, vamos a ser sede del mayor evento de energía eólica en el año 2019, lo que pasa que no es un evento que se quede aquí. Se celebra este año en Amsterdam y lo celebraremos aquí en 2019.