BETIS 0
ATHLETIC 2
Pues resulta que el Olentzero no eran los padres, sino el Betis. Un infantil penalti y un gol en propia puerta pusieron en bandeja al Athletic tres puntos que para ser sinceros, los jueces de una pelea de boxeo hubieran tenido muy complicado de decantar de un lado o de otro. Triunfo no solo balsámico para los leones en el Benito Villamarín sino vital de cara a despedir el año, tratar de comenzar el nuevo con mejores sensaciones y encarar el derbi ante el Alavés con la posibilidad de mirar hacia arriba más que para abajo. Los marcadores previos le volvían a apremiar y el equipo bilbaino volvió a solventar la papeleta como sucedió ante el Levante, con más goles que argumentos, esos que son tan escasos llegados casi al ecuador de la temporada que resulta hasta lógico pensar que será este y no otro el Athletic tan pobre de fútbol que veamos de aquí a mayo. A su favor, que nadie le va a ganar sin bajarse del autobús.
Entrados en invierno estamos en tiempo de virus, esos que debilitan nuestras defensas dejando secuelas en forma de malestar. Debemos saber diferenciar entre un simple resfriado y lo que es una gripe en toda regla. El primero se distingue por sufrir congestión nasal, estornudos y un molesto picor de garganta, sin apenas fiebre, que es lo que define en su caso la sintomatología del proceso gripal, acompañada de dolor muscular y de cabeza. Lo del Athletic, incluso tras la victoria de anoche, es una gripe de cuadro. Fútbol de una vulgaridad exasperante, en la que ni siquiera con el marcador a favor y un hombre más sobre el césped se traduce en nada que no sea hipotecar el balón, cuando no maltratarlo con patadones a ninguna parte, regalárselo al rival o mandarlo fuera con el compañero a solo unos metros. Por fortuna, hay que repetirlo, el Olentzero vestía de verde y blanco.
«El equipo quiere, jugaremos bien o mal, pero quiere, y eso invita al optimismo», sintetizó Kuko Ziganda tras el choque. Pero lo cierto es que ayer, hoy y mañana se pueden contar con los dedos de una mano los aficionados rojiblancos que quedaran satisfechos con el juego de los suyos, más allá del resultado. Que podrían estar infinitamente peor si un Betis en inferioridad numérica hubiera empatado en alguna de esas contras que cortaban la respiración, pero si seguimos aceptando pulpo como animal de compañía, pues perfecto. Todo en orden.
Ziganda no solo dejó a San José en Bilbo, sino a Aduriz en el banquillo, apostando quizá por la salida veloz de su equipo ante un rival que se llevaría la iniciativa del juego y balón. Optó por Williams en punta y su aportación fue un cero a la izquierda, aunque el técnico navarro defendiera luego sus cualidades para esa posición. «Acabará jugando de delantero en el Athletic, no sé cuándo, pero jugará», vaticinó el entrenador.
Pronto los andaluces se adueñaron del encuentro, el veloz Tello sacaba los colores a la pareja De Marcos-Lekue que se vieron descosidos en su banda durante casi todo el duelo. Al Athletic siguen sin hacerle gol en el primer cuarto de hora de los partidos y ayer fue gracias a un Iago que reivindica lo suyo. El arquero salvó los muebles bilbainos en el minuto 9 con un paradón que acabó en el poste y en el 16 sacó sobre la misma línea de meta un balón que se colaba. El técnico diría luego que «concedemos poco y cuando concedemos ahí está el portero». Simple.
Los rojiblancos ejercían una presión alta sobre la salida del balón bética pero que casi nunca daba resultado, y salvadas las líneas visitantes, los locales llegaban bien y rápidos arriba, ante un Athletic que se iba diluyendo, desdibujando a merced de las llegadas verdiblancas. Los peores momentos para los leones, desconcertados, con Iturraspe desaparecido, De Marcos inusualmente poco participativo, un Athletic que cogió un poco de aire hacia la media hora, trató de estirarse y firmó dos ocasiones seguidas, una que Feddal sacó bajo palos y otra en que Adrián frustró una envenenada falta de Susaeta. Ese córner dio paso al penalti por un intento de patada de Amat sobre un Laporte ya en el suelo, tras un forcejeo. Regalo inesperado que Raúl García no desaprovechó, como sí lo hizo Williams casi camino de vestuarios al rematar fuera una dejada del navarro.
El Athletic puso en peligro el 0-1
Con uno más, marcador a favor y 45 minutos por delante, los leones salieron a controlar el partido, marcar el ritmo, ante un Betis que se lo ponía bastante fácil, sin reacción, y que permitió que Raúl mandara un trallazo al larguero y dispusiera de alguna otra buena llegada. Un espejismo, porque los bilbainos seguían sin hilvanar nada con fundamento, salpicaban errores de bulto y groseros, atacaban como por inercia y sin criterio, lo que permitió a los béticos volver a creer y generar peligro a base de rápidas transiciones sobre todo por banda izquierda, hasta el punto de hacer peligrar el 0-1 con minutos por delante.
Iago volvió a ser providencial mientras las idas y venidas se sucedían, Laporte daba un pase fuera y Núñez hacía lo propio a modo de punta de iceberg de lo poco que se siente a gusto este equipo con el balón en los pies. Sin acertar a rematar el partido, Aduriz, que salió por Williams, no marcó solo ante Adán, el Betis daba la réplica y, de nuevo, la fortuna les sonrió, como ante el Levante. Llegada de De Marcos por banda, centro y gol en propia puerta de Feddal. Minuto 86. El partido terminaba con un 51% de posesión para los andaluces, cuando en el 65 era de 50-50%. Y eso que el Athletic había salido a controlar el balón y el juego.
Más de lo mismo, de un pobre Athletic que esta vez se agarró a Iago y al Olentzero para respirar antes de despedir el año. Ziganda prefiere ver la botella medio llena, dejó claro en sala de prensa, y se mostró «contento por el partido, la victoria, era el momento de reafirmar estas sensaciones que atisbábamos en liga, y se ha podido atisbar un pequeño salto. Estoy contento por el resultado y el partido. Tenemos que dar continuidad a estos rayos de luz y ser optimistas, sabiendo que tenemos capacidad para hacer cosas, somos un equipo difícil de batir, y este ha sido un pasito más en esas cosas», fue su análisis, admitiendo que mediada la segunda mitad habían dado aire al Betis «porque nos han entrado las dudas, de si ir o venir, pero lo hemos sabido solventar». Lo dicho, el Olentzero era el Betis y Ziganda prefiere aceptar pulpo como animal de compañía. Todo ok.
Nuevo abono a menores de 26 años para los partidos de la segunda vuelta
El club rojiblanco anunció ayer su particular regalo de Olentzero, aunque un tanto tardío a solo dos días de que el ‘ikazkina’ arribe a los hogares rojiblancos con sus regalos. La entidad recupera la demandada, desde la grada de animación y algunas peñas, figura del abonado, dirigido a menores de 26 años, aunque los de menos de 14 deberán ir acompañados de un adulto de entre los 18 y 26. Es el ‘Gazte Abonoa’, que viene a dar continuidad a la iniciativa ‘Gazte Eguna’, si bien ahora se trata de poder acudir a todos los partidos de la segunda vuelta liguera –salvo el Valencia, ninguno de los ‘grandes’ visitará Bilbo– al precio de 150 euros. Una oferta que llega, indica el propio Athletic, «fruto del análisis elaborado por el club y de las aportaciones realizadas por los grupos vinculados a la comisión de animación» en la que participan la Iñigo Cabacas Herri Harmaila, Euskal Lions y la Agrupación de Peñas. Un paso que ha sido bienvenido por la propia ICHH, que la considera una «buena iniciativa» y añade que por su parte «buscamos una grada potente, joven y popular, pero hasta que se consiga no podemos dejar a nuestros jóvenes fuera de San Mamés, ya que son nuestro futuro y relevo. Seguiremos trabajando», señalan, para poder unificar ambos espacios dentro de San Mamés. En total serán 900 abonos –personales e intransferibles– localizados en la Tribuna Sur Alta y pueden adquirirse desde ya a través de la págona web del club.J.V.