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Días encadenados con fuertes vientos y chubascos para despedir el año

Bruno, la segunda borrasca con nombre propio, dibujó ayer un día muy desapacible, con fuertes vientos y chubascos repentinos y abundantes. Los mayores problemas se registraron en Loiu, donde el tráfico aéreo sufrió modificaciones. También se cerraron paseos marítimos: hubo olas haste de seis metros.

El temporal de viento e intensas lluvias que desde el miércoles afecta a Euskal Herria provocó que al menos siete vuelos con destino a Loiu tuvieran ayer que regresar a su lugar de partida o ser desviados, mientras que también se registraron incidencias en la red secundaria de carreteras por la caída de árboles. Más allá de estos incidentes, la mayoría de las afecciones fueron de pequeño calado, como caída de cascotes y de ramas y desplazamiento de mobiliario urbano. En el caso de Donostia, alertada por el fuerte oleaje como lo estaba el resto de la costa guipuzcoana y vizcaina, las medidas que se tomaron fueron el cierre del Paseo Nuevo, el espigón de la Zurriola y el Peine del Viento. Las restricciones se mantienen hasta esta mañana. Los bomberos de la ciudad realizaron más de una veintena de intervenciones «sin consecuencias importantes», según destacó el concejal de Seguridad Ciudadana Martín Ibabe.

La alerta naranja de ayer en Gipuzkoa y Bizkaia por fuerte oleaje daba una pista de lo que se esperaba en la mar. Se pronosticaron olas de hasta 7 metros; se anotó una de 5,9 metros en el puerto de Pasaia, pero las imágenes tan virulentas como bellas se repitieron en toda la costa. Localidades como Orio y Plentzia acapararon la atención de los paseantes.

La alerta por riesgo marítimo-costero baja hoy a amarilla, pero piden no bajar la guardia para realizar ciertas actividades, como la navegación en las dos primeras millas. Se prevé una altura de ola de unos tres metros durante la mañana.

Nieve y viento

El viento también complicó la jornada, y dejó cifras de infarto: 163 km/h en Matxitxako, 136 km/h en Cerroja y 126 km/h en Higer, entre otros.

Y mientras en unas zonas miraron al cielo vigilando la lluvia, en otras hicieron lo propio con la nieve. Nafarroa vuelve a estar pendiente. La alerta naranja advertía de una acumulación de 30 cm en 24 horas, y ya están movilizadas para hoy 45 máquinas quitanieves ante el repunte del mal tiempo.

Eso es lo que habrá hasta al menos fin de año. Aunque Bruno se sitúa ya cerca de Dinamarca, hasta el sábado pasarán sucesivos frentes que dejarán lluvias hasta mañana. De nuevo el día 31 llegará una borrasca para despedir el año y dar paso a un 2018 que empezará con más inestabilidad, según informó Aemet.

El dato positivo del temporal es el estado de nuestros embalses, llenos a una media del 75%. Supone 27 hectómetros cúbicos más que hace un año, una cifra que también supera la media de la última década.