Martxelo DÍAZ

Los tres de Altsasu, «preocupados pero animados» a menos de 100 días del juicio

Dentro de 96 días, el 17 abril, comenzará el juicio contra los jóvenes de Altsasu en la Audiencia Nacional española. Quienes esperan la vista desde prisión se encuentran «animados, pero preocupados», según destaca Isabel Pozueta, la madre de uno de ellos.

Los familiares mantienen el contacto con los encarcelados Oihan Arranz, Jokin Unamuno y Adur Ramírez de Alda mediante las visitas a las cárceles y los vis a vis. Según explicó la madre de uno de ellos, Isabel Pozueta, en la presentación de la exposición que denuncia las conculcaciones de derechos que se han registrado en este caso y que ha podido verse en Iortia, los jóvenes están animados, pero preocupados.

«Y nosotros estamos un poco igual que ellos. Hay momentos en los que estamos muy animados y con ganas de hacerle frente a todo esto, pero en otros momentos vemos que todo es muy complicado y estamos preocupados ante lo que nos viene, porque es algo muy serio», añade Pozueta.

Junto a ello, recuerda que esta situación no es exclusiva de los tres encarcelados y de sus allegados, sino que se puede extender a los otros cinco vecinos de Altsasu que también se sentarán en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional dentro de 96 días. No en vano, en total, tendrán que hacer frente a una petición fiscal de 375 años de prisión, que ha sido calificada como exagerada por expertos jurídicos y que justifica la preocupación de los vecinos de Altsasu. Todo ello, por un trifulca de madrugada en el exterior de un bar.

Otro elemento que explica la preocupación de los allegados de los jóvenes de Altsasu es que no ha sido admitida a trámite ninguna de las pruebas testificales, documentales o periciales presentadas por las defensas. También se rechazó la petición de libertad provisional de los tres altsasuarras que permanecen encarcelados hasta que se celebre el juicio.

Con estos parámetros, además de entender la preocupación de los allegados de los encausados, se comprenden los motivos por los que se reclamó insistentemente, con la ley en la mano, que la causa no debía salir de Nafarroa y que debía tramitarse en los juzgados de Iruñea. De hecho, las primeras diligencias las llevó a cabo la Policía Foral y el caso correspondió a una juez de instrucción de Iruñea, María Paz Benito. Una de las acompañantes de los agentes implicados en la trifulca declaró ante los forales, de manera espontánea, y relató que lo sucedido fue una trifulca. Incluso reconoció, en un lejano octubre de 2016, que ella misma mordió a un vecino de Altsasu.

La visita del director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, al agente ingresado en el Complejo Hospitalario de Nafarroa por una fractura de tobillo cambió las cosas. A partir de ahí, los agentes solo declararon ante el Instituto Armado, dejando de lado a la Policía Foral. Llegó la denuncia de Covite. Comenzaron las maniobras para trasladar la causa a la Audiencia Nacional y la manipulación mediática. Frente a ello, desde entonces se han sucedido impresionantes muestras de solidaridad con los jóvenes de Altsasu. Sus familias las agradecen, pero no pueden evitar estar muy preocupados por lo que pase dentro de 96 días.