Según señala Europa Press citando fuentes presentes en el interrogatorio, el presunto cabecilla de la trama Púnica, Francisco Granados, ha asegurado que en el caso de la extinta Arpegio, empresa pública del suelo vinculada a la trama, delegó su responsabilidad en el exconsejero delegado Eduardo Larraz, por orden directa de Esperanza Aguirre.
Larraz está investigado en la trama por las presuntas irregularidades en estas compañías y ya declaró en sede judicial para aclarar la procedencia de los 146 lingotes de oro, valorados en casi dos millones de euros, guardados en una cuenta en Suiza.
En relación al Programa Regional de Inversiones y Servicios de Madrid, conocido como Plan Prisma, Granados ha asegurado que Aguirre decidió controlar directamente los fondos de esta partida, de modo que las adjudicaciones de las obras pasaron a depender directamente de Presidencia de la Comunidad de Madrid.
Además, en un momento determinado de su interrogatorio, que ha comenzado a las 10.00, ha afirmado que el expresidente Ignacio González y su sucesora en el cargo, Cristina Cifuentes, mantuvieron una relación sentimental, situándola también entre los dirigentes con poder decisorio en Madrid.
Francisco Granados declara a petición propia ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 por la pieza relativa a la presunta financiación irregular del PP madrileño.
La presidenta de la Comunidad y del PP de Madrid, Cristina Cifuentes, ha respondido anunciando que va a presentar «de inmediato» una querella contra Granados por «un cúmulo de falsedades y un grave atentado contra su honor y su imagen».