Felipe de Borbón no fue recibido por ningún representante de la Generalitat, el Parlament y la Alcaldía de Barcelona a su llegada al Palau de la Música, donde le acompañaron la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Industria, Álvaro Nadal.
En su primera visita a Catalunya desde hace seis meses, el monarca español acudió al Palau de la Música para presidir la cena de bienvenida a los participantes en el Mobile World Congress (MWC). Tanto Colau como el presidente del Parlament, Roger Torrent, sí que asistieron a la cena, pero no participarían en el recibimiento al monarca en la entrada al Palau de la Música, mientras que los cargos de la Generalitat invitados decidieron no acudir siquiera a la cena, al igual que los representantes municipales de ERC y la CUP.
Colau rechazó rendirle un «vasallaje impropio de una democracia del siglo XXI», puesto que «no es un cargo electo democráticamente sino hereditario». Asimismo, ha recordado el papel jugado por Felipe de Borbón en las cargas policiales del 1 de octubre. «No ha tenido un mínimo gesto de empatía hacia la gente que sufrió esas cargas e hizo un discurso durísimo avalando la línea represiva, en lugar de intentar apaciguar el conflicto y aportar serenidad, que era lo que en principio se esperaría de un jefe de Estado».
En la misma línea se pronunció a través de Twitter el president Carles Puigdemont: «El Rey Felipe VI será bienvenido a la República de Cataluña como máxima autoridad de España cuando pida perdón por su papel inconstitucional el pasado mes de octubre».
Hasta la entrada del Palau de la Música llegaba el ruido de caceroladas procedentes de edificios cercanos, así como los pitidos de silbatos y las consignas coreadas por manifestantes concentrados detrás de las vallas de seguridad en la acera opuesta de Via Laietana, convocados por los Comitès de Defensa de la República.
Los Mossos d'Esquadra cargaron contra los manifestantes, provocando, al menos, 19 heridos entre unos manifestantes que coreaban consignas como «No tenemos miedo», «Fuera las fuerzas de ocupación» y «Somos república», además de hacer ruidos con silbatos y cacerolas. Asimismo, una persona fue detenida acusada de «atentado a la autoridad».