Osasuna se enfrentó a el Cádiz en El Sadar el pasado 2 de marzo. El técnico rojillo programó para la víspera un entrenamiento en el estadio, e Indar Gorri hizo un llamamiento para acudir a la sesión a animar a la plantilla antes del partido contra un rival directo en la lucha por el ascenso.
Durante el entrenamiento hubo cánticos de ánimo y se encendieron algunas bengalas. Al término del mismo, los jugadores se dirigieron al graderío sur para agradecer el aliento de la hinchada.
Para el Comité Antiviolencia todo esto supone una falta «muy grave» que merece ser sancionada con 100.000 euros, ya que el club permitió que se introdujeran bengalas y «los jugadores de Osasuna se acercaron a la grada donde estaban los seguidores y, cogidos por los hombros, les saludaron, agradeciendo de este modo la actividad intolerante de este grupo violento».
«Las imágenes del grupo Indar Gorri animando al Osasuna fueron posteriormente publicadas en medios de comunicación y redes sociales, lo que Antiviolencia considera una forma de promoción y apoyo a las actividades de dicho grupo», señala el Ministerio español de Interior, del que depende el Comité.