El nostre consell polític ha decidit mantenir les 4 abstencions a la investidura de Jordi Turull.
Seguim insistint, no és el qui, és el què. Hem vingut a fer República.

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— CUP Països Catalans (@cupnacional) March 22, 2018

La reunión conjunta del Consell Polític de la CUP y del Grup d’Acció Parlamentaria (GAP) ha decidido esta tarde mantener las cuatro abstenciones en el pleno de investidura de Jordi Turull que arranca a las 17.00. De este modo, si nada cambia, la candidatura de Turull logrará 64 diputados, lejos de los 68 que necesitaría para ser investido hoy en segunda votación.

«No podemos condicionar nuestra acción política a la acción represiva del Estado. Desde el primer momento dijimos que era necesario continuar el embate con un programa de gobierno para esta legislatura que fuese valiente y continuase el mandato del 1-O», ha señalado la CUP a través de un comunicado en el que recuerda que «la propuesta de programa de gobierno de JxCat y ERC no avanza en la construcción de medidas republicanas ni sociales, que respondan a los derechos y necesidades de la clase trabajadora y del resto de clases populares».

La nota explicativa de la CUP continúa: «Consideramos que el Estado español quiere condicionar la acción política a través de la justicia, y eso no lo podemos permitir. Es necesario coordinar la acción antirrepresiva para que nos haga más fuertes políticamente, pero eso no significa hacer política a golpe de citación del juez Llarena».

«En este sentido, reiteramos que la convocatoria del pleno de investidura fue una decisión de ERC y JxCat, y que la CUP no participó», concluye el escueto comunicado, en el que se añade que la CUP ha comunicado tanto a JxCat como a ERC el sentido de su decisión.

¿Y ahora qué?

La norma ordinaria señala que, si el candidato a la presidencia no es investido en la primera votación con mayoría absoluta (68 diputados), podrá someterse a una segunda votación 48 horas más tarde. En esta ocasión, bastaría con una mayoría simple que JxCat y ERC pueden obtener si los diputados Carles Puigdemont y Toni Comín, en Bruselas, renuncian a sus actas de diputado. Algo que tampoco está claro que puedan hacer en tan poco tiempo.

No es, en cualquier caso, el principal handicap para Turull, que mañana por la mañana está citado a declarar ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que decide si decreta su ingreso en prisión, paso previo para poder suspenderlo de cargos con el auto de procesamiento en la mano.

La pregunta es obvia: ¿Si Turull es mañana encarcelado, el Parlament celebrará de aquí 48 horas el segundo pleno? ¿Si con él son encarcelados los otros cinco diputados citados a declarar, podrán votar en ese segundo pleno? En este caso el independentismo no llegaría ni a la mayoría simple. En cualquier caso, en este momento de la tarde las preguntas son más que las respuestas.