Este estudio sigue al que hicieron hace unos meses con la desaparición de Eduardo Moreno Bergaretxe «Pertur» y precede al que harán después con la de José Miguel Etxeberria «Naparra», militantes de ETA y Comandos Autónomos Anticapitalistas respectivamente que habrían sido víctimas de acciones de guerra sucia.
Con este motivo, el secretario general de Derechos Humanos de Lakua, Jonan Fernández, ha anunciado además la puesta en marcha de una dirección de correo (desagertuak@euskadi.eus) en la que animan a cualquiera que sepa algo de estos cinco casos a comunicar lo que conozcan. No se incluye en esta iniciativa otra conocida desaparición de motivación política producida en el Estado francés: la de Popo Larre, militante de IK, en 1983.
José Humberto Fouz, Jorge Juan García y Fernando Quiroga eran tres jóvenes de A Coruña cuya pista se pierde la tarde del 24 de marzo de 1973, cuando habían salido de Irun hacia el Estado francés para ir al cine. La versión que se impone es la de que fueron víctimas de ETA o de algún grupo de refugiados vascos, ha dicho Fernández, pero admitiendo que no hay prueba judicial alguna de ello.
Desde el grupo investigador de la UPV, Jon Mirena Landa ha subrayado la escasa implicación del juzgado de Donostia que abrió un sumario en 1974 y lo cerró año y medio después argumentando cuestiones de competencia poco claras. También se ha mostrado sorprendido por la inhibición de las instituciones francesas ante un caso tan grave. Para aumentar la confusión, hay constancia de una investigación de la Audiencia Nacional en 2005, pero no se ha podido acceder a su contenido. Ni siquiera las familias la conocen, ha dicho Landa.